Este fue nuestro último viaje del año 2013, el cual esperábamos con mucha expectativa porque en esta oportunidad, nos íbamos a la playa en un recorrido de casi 150 kilómetros.
Los 19 participantes fueron:
01.- Franziska Mitzschke 02.- Hans Niño de Guzmán
03.- Victor Bernedo 04.- Dante Guzmán
05.- Jaime Virrueta 06.- César Del Carpio
07.- Daniel Choque 08.- Abraham Choque
09.- Walter Amésquita 10.- Rafael Córdova
11.- Percy Flores 12.- Victor Puma de la
Torre
13.- Luis Escobar 14.- Edson Febres
15.- Alonso Huerta 16.- Miguel Zapata
17.- José Luis Rodriguez 18.- Manuel Carpio
Y la muy importante participación de William Zegarra que nos acompañó en camioneta brindando todo el apoyo respectivo.
En San José, tomando desayuno
En la Base aérea de La Joya, reagrupándonos
Reagrupándonos antes de iniciar el descenso al Fiscal
En el restaurante "El Tambo de Oro", esperando el almuerzo, eras las 12.30 del mediodia
Así se come.... car...
Panchita, dándole curso a su tortilla de verduras
Un rico bisteck completo.... a lo pobre...
En Cocachacra
En Santa María, antes de La Punta
Comiendo Sandía en Santa María
Harry Potter, tomando desayuno el día domingo
En el mercado de La Punta, desayunando
Allá vamos, hacia el mirador del Cristo Blanco
La Punta de Bombón, desde el mirador
Ultimas horas del domingo, en la playa
CRONICA DE WALTER AMESQUITA
La ruta es la que termina el año pedalístico del team Inter. La hicimos más o menos 20 pedaleros. Salimos del by pass de la Dorada a la 6.00 a.m por la espera de siempre. La primera llegada sería en San José que la hicimos sin muchos contratiempos. Una vez llegados a esta primera etapa, descansamos y nos servimos algunos alimentos para reponer las fuerzas. Nos cayeron a pelo unos sanguchitos de lomo saltado con su huevo frito y un café. Aquí es donde empezaron las pinchadas. Mientras descansábamos, los hermanos Corioto (así los bautizaron) se pusieron a parchar y con la ayuda de algunos, lo hicieron bien.
Empezamos la segunda etapa de la ruta: San José - Base aérea. Bueno la ruta no
es tan matadora porque es pista y plano el terreno. Es así que llegamos a la
base en donde nos ganamos un pase: está prohibido tomar fotos y hasta detenerse
frente a la base, porque si no, nos meten bala. Después de un converse con la
dama-soldado que nos llamó la atención, emprendimos la ruta. La futura parada
sería en El fiscal. Aquí la ruta ya es un poco pesada, caliente y monótona, porque
sólo se ven arena, la cinta asfáltica, los cerros y el horizonte que cada vez
es más lejano. Otro problema eran los carros, de todo tipo que nos pasaban y
nos hacían tambalear por la fuerza del viento que nos "jalaba". La ruta es la que termina el año pedalístico del team Inter. La hicimos más o menos 20 pedaleros. Salimos del by pass de la Dorada a la 6.00 a.m por la espera de siempre. La primera llegada sería en San José que la hicimos sin muchos contratiempos. Una vez llegados a esta primera etapa, descansamos y nos servimos algunos alimentos para reponer las fuerzas. Nos cayeron a pelo unos sanguchitos de lomo saltado con su huevo frito y un café. Aquí es donde empezaron las pinchadas. Mientras descansábamos, los hermanos Corioto (así los bautizaron) se pusieron a parchar y con la ayuda de algunos, lo hicieron bien.
Así llegamos a la antigua y ahora destruída estación ferrocarrilera de Huagri y de ahí, se venía la primera gran pampa. El calor era muy fuerte que deshidrataba a la gente.
Terminada esta parte, empieza la otra pampa que la fuimos terminando poco a poco hasta llegar a la entrada de Cachendo. Arribamos a este punto y vemos llegar una patrulla de carreteras de donde se baja Dante, quien había pinchado y lamentablemente sus cámaras de repuesto no tenían el pitón. Él, con su consabida pericia y calma, hizo entrar en su aro (que era de bicla pistera) mi cámara de montañera. Ahí me acordé de mi mamá cuando decía: "el templo entra en la sacristía" aludiendo al hecho de querer ponerse unos zapatos nuevos cuando la persona era patona. El hecho es que así fue y una vez armada la llanta, le echó aire y sin problemas hasta La punta.
Llegamos al Fiscal y ahí nos dimos el atracón con el consabido almuerzo: el
famoso lomo a lo pobre. Una fiesta de sabores, olores, colores, texturas de los
alimentos rebozantes de aceite.
La sobre mesa nos llevó un buen tiempo. Reemprendimos el viaje y así llegamos a
Cocachacra. El asunto fue que, despuntamos: Hans, Víctor, Dante, Jaime y Yoni
rumbo a Cocachacra y al llegar a la última curva, me quedé un poco. Cuando
llego al pueblo veo a un pata que estaba sentado en la vereda y le pregunto por
unos ciclistas y el desventurado me dice que ya pasaron, lo que para mí era
lógico. Seguí tras ellos, pero nunca los alcancé ni los vi. Los condenados
habían entrado a la plaza de Cocachacra a tomarse fotos. ¿De cuándo acá?
Desesperado por darles alcance, seguí y seguí hasta que llegué a La Punta. Fui
a la empresa a ver se estaban por ahí y nada. Entonces separé los pasajes y
regresé a la calle principal a esperar. Después de casi media hora, llega al
punto Alonso a quien le pregunto por los que salieron del Fiscal conmigo y me
dice que están atrás. No podía creerlo. Al rato llegan con la camioneta por
delante, todos tranquilos. Bueno, a mal tiempo buena cara: yo había llegado
primero al pueblo.
Buscamos el hotel que nos acogió el año pasado pero estaba en arreglo
para la campaña veraniega. Conseguimos uno, tal vez de mejor calidad, presentable,
higiénico y a buen precio. Nos instalamos y a la playa. Mientras unos nos
regábamos internamente con la chelita, otros se refrescaban en las tibias aguas
oceánicas, contemplando a las aves que hacían sus piruetas aéreas. De pronto
¡oh sorpresa! aparece Rafi empujando la cleta directamente hacia el grupo. Era
que había salido de Arequipa, dice, a la 8 a.m y que nos fue siguiendo los
pasos porque en cada punto de la carretera que preguntaba, le decían que
estábamos muy cerca. Nos dió mucha alegría verlo y se integró a la farra.
Salimos de la playa ya de noche y como es sabido, la ruta de regreso al pueblo
es oscura. Habían unas linternas que en algo paliaban la situación. Bueno, casi
en penumbra es que llegamos al pueblo. Siguiente paso: a comer. Lo hicimos
todos, creo, en una pollería en la que nos sirvieron un cuarto de paloma (según
la vendedora era pollo) y después de darle buen fin al plato, nos retiramos con
rumbo a la plaza del lugar. Allí corrieron algunos tragos y finalmente nos
fuimos al telo.
La noche fue, para mí, tranquila, reparadora y serena.
Al día siguiente, algunos nos adelantaron y se fueron a desayunar. Al final
fuimos otros al mercado y allí nos encontramos. El menú era muy variado: pescado
frito, ceviche, caldos de lomo, pollo, gallina, saltado que eran regados por
jugos de papaya y piña.
Después del papeo matinal, nos dirigimos al Cristo Blanco, donde llegamos
extenuados por lo parado de la pista, especialmente quienes por primera vez, lo
hicieron. Unas fotos al pie del Cristo con el mar de fondo, lo mismo que la
campiña. A lo lejos se podían ver los templos de BomBon y Catas que serían
nuestros próximos destinos. Bajamos embalados y nos dirigimos a Catas, con la
esperanza de encontrar a una chica que el año pasado nos atendió muy bien y que
sobre todo, nos dejó una buena imagen de cómo debe ser una chica con los
viajeros: franca, collera, cariñosa, etc. A la ida, rumbo al estuario del río, pasamos
por su negocio y no estaba. Un poco desesperanzados seguimos hacia el río. Este
año no entró ,pero siempre es bonito el lugar porque se pueden ver a las aves
del lugar y a las migrantes.
De regreso, nuevamente pasamos por Catas y ¡maravilla! encontramos a la mujer
por la que habíamos sufrido tanto: allí estaba Carlita. El encuentro fue muy
hermoso, cariñoso y casi hasta las lágrimas, especialmente de Jaime, porque
en todo el viaje decía que quería "darla" a Carla (sólo es por rima)
un gran abrazo y beso.
Nuevamente, la chica en mención nos demostró que es collera, pata, de arranque
porque, ante los subidos piropos que le hacían, ella igual respondía. No fue en
vano el viaje hacia Catas. Nos servimos una chelas negritas al polo. Francisca
(Panchita) no se quedó atrás y nos invita unos alfajores, que estaban para
doblar o para chuparse los dedos.
Tuvimos que decirle adiós a Carla y nos sacamos unas fotos, y después de darle
el correo, el teléfono, la dirección y no sé que más a Colibrí, nos despedimos.
Después de los besos de rigor y casi llorando, partimos rumbo a La punta no sin
antes, prometerle que al año siguiente, vendremos a verla.
Fin de la historia y ya estábamos en La Punta. Nos dirigimos a la playa. Pero
antes pasamos por el hotel para sacar una sandía, que la noche anterior, Hans
la había emborrachado con pisco para que macere. Rafi fue el encargado de
transportar la mencionada fruta y lo hizo en una mochila que, por el peso, lo
tenía tieso sobre la montura.
Así llegamos a la playa y a bañarse se dijo.
Mientras tanto abrieron la sandía que resumaba pisco. Cada uno con su
respectiva tajada y a comer o, a ¿chupar?.Muy interesante la combinación
del coctel. El sol va calentando más el ambiente playero y creo que también se
calentaba la sangre con la sandía.
LLegó la hora de partir hacia nuestro terruño y de acuerdo a la hora que sacaron el pasaje, fueron desfilando los cleteros hacia la empresa.
LLegó la hora de partir hacia nuestro terruño y de acuerdo a la hora que sacaron el pasaje, fueron desfilando los cleteros hacia la empresa.
Como la malas noticias son la que llegan primero, parece que todos hemos
llegado bien a nuestros hogares.
Chau
FOTOS DE FRANCISCA MITZSCHKE
El sábado regándonos con unas negritas
El día domingo, comiendo sandía....
FOTOS DE PERCY FLORES
En El Fiscal, listos para darle curso al almuerzo...
El Río Tambo
Cocachacra
En Santa María, comiendo Sandía
En la Playa!!!!
Atardecer en La Punta de Bombón
Día domingo en Catas
En el delta del rio Tambo
Disfrutando las olas en la playa
FOTOS DE LUIS ESCOBAR
Para comunicarte con nosotros, escribe a: teaminter1984@gmail.com