Crónica de Felix Arotaype:
Saludos MTBikers:
Fueron setenta y tantos kilómetros. La ruta de ayer fue para el
recuerdo, especialmente para este servidor que si lo disfrutó y tanto fue el
disfrute que ahora estoy pagando las consecuencias: estoy con macurques en los
musculos a causa de la caminata que hice
sin querer queriendo. No me imaginé que dejaría mi "compañera" de
aventuras en alguna parte de aquel casi paradisíaco lugar, emprender una pequeña y divertida caminata
con escaladita incluida en ese lugar al que nunca había llegado ni pisado. Ese
pequeño paraíso llamado:Cataratas de Sogay.
Era un fin de
semana largo, Sábado y Domingo propicio para darse una escapada para cualquier
lado fuera de la ciudad en compañía de mi "compañera" de dos ruedas,
pero fui presa de la flojiritis que el dia Sábado dormí como lirón hasta las
doce del medio día, solo me levanté para ir
a almorzar, de paso espectar el corso, para deleitar la vista con el
espectáculo... Y... ¡Baya!.. Estos dos ojitos si se deleitaron con las bellezas
danzarinas del vecino pueblo del Altiplano, solo eso vi, hasta que, como diría
el cantante José José: hasta la belleza cansa.
Llegaba el nuevo día: Domingo. Despues de pasar una noche
placentera y dormido como bebé, era menester salir a cletear con los causas y
causitas del Team.
El día comenzaba
nublado como para pedalear con todas las ganas "devorando" kilómetros
tras kilómetros, sí, la distancia a dar curso a los pedales era respetable y a
medida que uno se alistaba las horas pasaban rápido. Llego al sitio de reunion
unos diez minutos antes de la partida (8:30 am), en el lugar ya habían
compañeros esperando, pero el encargado de oficializar la partida aun no llegaba, a si que a esperar nomas. Hasta
que al fin llega Pedrito, saludos
previos, la presentación de los nuevos mountains que eran un número de cinco, pues en cada
salida siempre tenemos nuevos participantes, algunos de ellos salen primera y
única vez, pues; los caminos del
mountainbiker son difíciles, pero si se habitua a esas dificultades, la
recompensa es grata o dolorosa. La grata: cuando la disfrutas, te diviertes,
cuando llegas a viejo, sigues pedaleando y que te entierren junto con tu bici.
La dolorosa: es cuando te sacas la mie... Digo... la "michi" antes de tiempo. Como
siempre los del grupo A salen antes, los
del grupo B, que somos la mayoría enseguida, asi llegamos al grifo de Guardia
Civil en donde otro grupo nos esperaban y de allí rumbo a la ruta trazada, que
esta vez era Yarabamba en donde nos reagruparíamos. En el tramo avanzando unas
cuadras Jose Luis pincha la cámara de su
llanta, un buen samaritano le presta una cámara para que sega pedaleando.
Todos
se fueron raudos, mientras los últimos llegamos al desvío hacia Characato, un
tráfico infernal de vehículos hasta llegar al otro desvío que entra a
Mollebaya, de allí el tráfico un tanto que aminora hasta llegar a Yarabamba en
donde un buen contingente nos estaban esperando en la puerta de una tienda, en
donde la despachante era una señorita bonita. A medida que iban llegando los
demas, tambien hacían su aparición los del grupo A, pero alguien importante
faltaba, nuestra "paparazzi" del grupo: Grenny. No aparecía,
esperamos, pero el tiempo pasaba y no quedaba otra que partir rumbo al parque de los dinosaurios.
Una subida vía corta asfaltada que pasa por medio las chacras, tambien de
distancia corta se llega a las lomas, esta vez ya el terreno es afirmado. En
una subida alguien rompe la cadena de su bici.... ¡Tronchacadena! grito a voz
en cuello, varios son los que me alcanzan dicha herramientas, eso es bueno, los
integrantes del Team siempre solícitos ante cualquier contingencia. Arreglamos
el impase, proseguimos el pedaleo siguiendo las huellas, era facil desviarse
por otro camino, porque había varios ramales que iban a distintas direcciones.
A lo
lejos vemos el grupo ya llegano al sitio donde están los dinosaurios, lomas,
caminos subiendo a estas, pampas, quebradas y letreros que decían: Phelps Dodge Minera o algo así, es posible que estas
lomas pertenezcan a esa compañía minera, sinembargo, a sus alrededores en la
parte baja los pesesionarios o invasores de terrenos ya les han ganado terreno.
Llegamos por fin a donde están los dinosaurios, dejamos las cletas en una
especie de parquecito con banquitas, mesitas empotradas al suelo, mas allá un
lagarto convetido en un tobogan para chibolos. Subimos a una pequeña loma larga
de baja altitud donde están estos dinosaurios, el lugar está
"sembrado" de roca volcánica, no sabemos que volcan habría explotado
allí, posiblemente son restos de que alguna vez haya sido el hoy nevado Pichu-Pichu:
un inmenso volcán de gran altura, formado por los cataclismos. Son unas
réplicas "exactas" hechas de fibra de vidrio, tan exactas como
sacados de la película del parque jurásico
de Spielberg, solo falta que se
muevan. "Ellos" están condenados a estar en esa posicion, con ese
gesto feroz, amenazante, con ese silencioso rugido, bramido, maullido... lo que
sea... que el Hombre en su imaginación lo supo plasmar en una visión tangible.
No digo que estarán por toda la eternidad, pero estarán buen tiempo allí, para
el deleite, la imaginación y la interrogante
de la gente, que si eran asi los dinosaurios.
Apreciamos esta obra de arte casi contemporaneo -yo diría- fotos por
aquí, fotos por allá y una foto oficial con la cámara de nuestra amiga
Berenice, ya que fotógrafa oficial no estaba. Dejamos el lugar como habíamos
llegado, enrumbamos esta vez hacia el poblado de San Antonio, unos 7 km. mas
arriba del lugar. Llegamos a esa de las 11:15 a.m a ese anexo que pertenece al
Distrito de Yarabamba, todos porsupuesto con
hambre, sed y allí es donde tuvimos que saciar esas ansias que
llévabamos , mientras algunos compañeros rezagados iban llegando. El buen
Pedrito, nuestro coordinador nos dice que vamos a las cataratas de Sogay, pero
antes hay que llegar a la placita de Sogay en donde coordinaremos, si se va a
las Cataratas o no. Sogay está de San Antonio unos dos kilómetros camino
asfaltado. Todos se fueron raudos despues de haber saciado el hambre, la sed, y
descansado, hasta que en el camino nos encontramos con otro grupo que subía,
eran - por esta vez- les pondré el apelativo de: grupo los hiperactivos, no se
me ocurre otra, no son extremos ,pero
por ahï van, eran integrantes de los
nuestros, como dice un comercial de una universidad del norte: "ellos son
de otra raza".... Jajajajajaaa...
Porque ellos no paran, pedalean y pedalean sin parar y es posible que
estaban viniendo dando curso a las bielas y pedales sin parar, hasta que se
encontraron con nosotros, por lo que tuvieron que regresar. ¡Con ellos estaba
nuestra amiga Grenny!
La
idea era llegar a Sogay, pero un buen número de bikers se fueron con direción a
Quequeña, mientras otro buen número hacia Sogay, mientras nuestro coordinador
llegaba llega a la retaguardia. Nadie hizo parada en dicho poblado, subieron
una cuesta pequeña, se perdieron en la única callejuela que va directo a las
Cataratas. Eran cercanas a las 12 del medio dia, Yo empezaba a
"arrugar" ya había sido suficiente pedaleo por esta vez, quería
regresar a casita, a ver las películas dominicales, echadito en
camita....¡Ahhhh!... Hasta que Jaime y Pedro me convencen de seguir, atras
llegaba una persona conocida: era Cecilia, buen tiempo había dejado de salir con
el Team, o estuvo haciendo rutas sola, no lo sé; pero allí estaba dispuesta a
acompañarnos. Yo para ser sincero, nunca había hecho esta ruta, los tantos años
que llevo montando la bici, solo la veía desde lo alto de la cuesta de
Hornillos y la nueva carretera que va a
Polobaya. Si bien es cierto era una ruta fácil hasta el estacionamiento de
carros, de allí llegar con la cleta a las cataratas, era dificil, salvo
cargando, pues no me era atractivo e interesante.
Llegamos al final de la ruta pedaleable, el
panorama era bonito, andenerías sembradas, chacras, árboles, rocas, laderas,
mucha flora en esas laderas, en medio de todo esto una quebrada honda, por ella
discurría un riachuelo. Un biker se retorcía de calambres, eso ya no es novedad
en nuestro en nuestro deporte, pues son ya
gages de oficio. Este muchacho descansará, se repondrá en el lugar.
Cuando llegamos los ultimos, los primeros que habían llegado, ya habían partido
hacia las cataratas, tres prefieren ir con sus bicicletas, dizque quieren
entrenar. Un letrero decía: 1.3 km. a las cataratas, cerquita. De pronto yo estaba con los ánimos al tope,
pero tambien con temor de caminar, si me respondería mi rodillita que tengo
lesionado...A si que ...¡Allá vamos!... ¡Voy hacia tí,cataratas!... 3 o 4
éramos los rezagados Yo, Jaime, Cecilia, uno con su bicla... ¡Uff!... ¡Qué
moral para cargar la bici cuesta arriba!... Le dijimos que dejara la bici en el
estacionamiento, pero terco el muchacho. Empezamos la caminata, mientras
Pedrito con algunos se quedaban como
guardianes de hartas bicis, en medio de una calor sofocante que a esas horas
hacía allí.
Mientras subíamos nos encontramos con algunas personas que regresaban,
pasamos una acequia por donde corría agua, allí, Jaime se queda, mientras Percy
ya estaba de regreso en su bici, eso si es ser un biker hiperactivo. Ibamos 4 o
5 ciclistas caminando por un sendero para dos personas, no para mas, adelante
iban una pareja, mas adelante uno con su cleta, asi sucesivamente, mientras yo
iba con la grata compañía de Cecilia, no soy un tipo parlanchín, pero trataba
de balbucear algunas palabras.... Jajajajajaa. El ambiente estaba calmado,
silencio, algunas ráfaguillas de viento, el sol mandando sus quuemantes rayos a
esas horas del día, el sonido de la poca agua que corria por el rio, era la
dulce música para cualquier oido humano. Estábamos a 2600 y tantos metros de
altitud, asi decia un letrero que encontramos, de hecho estos letreros escritas
en madera, plantadas en el suelo en palo tambien de madera, indicaban la
distancia como asi: 900...800...600... metros para las cataratas. Quien o
quienes la habían colocado estos carteles era nada menos: la Minera Cerro
Verde, talvez en un acto de pequeña retribución por el agua se llevan del
lugar??
Asi llegamos hasta el lecho del río cubierta de piedras grandes,
pequeñas, rocas,rocones, algo de arena y el agua en su miníma cantidad
deslizandose quebrada abajo. Cuando uno llega lo primero que avista son las
cascadas de agua, que está a unos 200 metros perdiendose, apareciendo entre las
rocas y a su paso formando pozos en donde la gente se da sus chapozones.
Nuestra meta no era nesariamente ver las cascadas de agua, tenía que algo mas
interesante mas arriba, hacia adelante a donde dirigíamos la vista, como : una
catarata. Ahora que hacemos- le digo a Cecilia- tenemos que subir,pasar esas
cascadas, aver si encontramos algo por allí atrás. Cecilia me responde: ¡Vamos
pues!... No creo que hayamos llegado hasta aquí a ver esas casacadas. Pasamos
el riachuelo con cuidado, subimos por la izquierda del rio superando rocas de
granito, ramas, arbustos, pasamos por debajo de roca especie de un pequeño
tunel, mientras el sonido del agua bajando las cascadas, golpeando las rocas a
su paso era fuerte, mientras la gente
subía, bajaba, no era una multitud,pero eran bastantes, con algunos de ellos
nos rozamos almomento de pasarnos.
A
medida que nos acercábamos al punto donde la personas iniciaban un pequeño
ascenso, me invadía la emoción, la adrenalina fluía en mi ser, estaba algo
poseído, es que estar allí por primera vez, a cualquiera le pasa esa sensación,
esa emoción de querer saber, que habrá superando ese ascenso..... ¡Tan
solamente quería estar allá arriba en donde los demas estaban, tan pronto posible!.... Esa misma sensación posiblemente sentían
tambien los demás o nolo sé. Pero tuve que serenarme, para no entrar en un
exceso de confianza y cometer un error. Me había sacado los zapatos, las medias
para cruzar el rio, para no mojarme, hasta que un calcetin se cae al agua y
mojado pues. Mientras me ponía otra vez los zapatos, con la media mojada, los
demas que iban conmigo, ya estaban escalando y bajando. Vi en lo alto a
Maritza, Dante que ya bajaba, Ernesto que trataba de bajar, mientras Cecilia y
los demas ya escalado hasta y estaban arriba contemplando lo que había
allí.
Me dispuse a escalar, otros también subían, bajaban esa era el ajetreo,
elafán en ese pequeño espacio, se puede decir que era un "loquerío"
sin control, nadie podía decirte: ¡Oigan!... ¡Este grupo va a subir! o ¡Este
grupo va a bajar! Todo era un desorden, con el peligro de que alguien se
desbarranque, por una mala pisada o pierda el equilibrio y terminar en el agua,
si tiene suerte, de lo contrario uno puede terminar lesionado o peor. El agua
abrio su camino entre una montaña de roca, unos 3 o 4 metros de banda a banda
que es su base, a medida que el cerro se eleva, forma una quebrada o
acantilado, la profundidad del pozo no se sabe, el sitio donde estabamos
escalando hasta el pozo donde el agua está en constante movimiento, es unos 6 a 8 metros. Supero la escalada, en
la cima estaba el premio, a unos 60 metros estaba la catarata, una hermosa caída de agua de unos 15 metros, al final de
la catarata, un pozo una pequeña playa a su alrededor. ¡La vista era fenomenal!
6 o 7 personas bañandose en ese pozo, mientras la mayoría de la gente que
habíamos subido, agazapados en la ladera de una roca lisa y resbaladiza unos
fotos de rigor no podía faltar, mientras la gente seguían llegando, tratando de
tomarse fotos.
La myoría de compañeros bajaron de retorno, mientras 4 ciclistas estaban
aún embelesados con el espectáculo. ¡Muchachos vámonos!... Nada. ¡Ya
vámonos!... Mientras los bañistas casi en paños menores abandonaban el pozo de
la catarata, en tanto, yo seguía apuarando a los chicos que quedaban, tampoco
podía dejarlos allí, los semi calatos ya habían llegado hasta nosotros, eso
dificultaría el descenso y asi lo fué. Ya era tiempo de bajar. Subir fue algo
fácil, pero descender era otra cosa, a mi me se me ponía "piel de
gallina" el cuerpo, me sudaban las manos, pero así bajé y esperé a los
demas bien agazapado para ayudar a los demas y a mis espaldas estaba el pozo de
agua. Los ayudé a descender a los de mas despacio y seguro, para luego bajar de
retorno. Los semi calatos habían llevado una cuerda, seguramente para bajar, no
sé como habrán bajado. Los dos ciclistas que habían ido con sus bicis, se
alistaban recién despues de haberse bañado seguramente. Llegamos al
estacionamiento en donde Pedro y Jaime nos estaban esperando, los de mas ya
habían partido, esperamos a los últimos y partimos raudos a Sogay, para pasar
por Quequeña, luego a casita.
Eso
ha sido todo amigos, me estan botando ya de la cabina de internet
..Jejejeeejee....ya les contaré lo bueno, lo malo, lo feo de esta ruta y
caminata a las cataratas de Sogay
Saludos
Felix.