SETIEMBRE 23: YURA - LA JOYA

Pese a que la hora estaba programada, no se cumplió y salimos con 20 minutos de retraso. Bueno salimos 6 varones y una señorita: Andreita. La ruta la quería titular como: La ruta de Blanca Nieves y los siete enanos, pero al final, aumentó el números de ciclistas y ya no tendría validez el título. Pero la ruta estuvo plagada de situaciones jocosas desde la salida. Por ejemplo, Robert estaba acicalándose la cara con bloqueador y al verlo Polquitos, le pide un poco y empieza a ponérselo en los tobillos, pero parecía que lo estaba untando en sus zapatillas para que conservaran la blancura. Era como si echara albayalde (que así yo lo conocía) pero, Robert no lo conocía con ese nombre sino como Griffin (había sido fino el patita). Son las distancias que se dan entre dos generaciones.

Bueno, salimos con rumbo al grifo. Aire para las llantas y directo hacia el mercadillo del Cono Norte. Mientras nos apertrechábamos con agua, fruta y otros, nos dicen que estaban por llegar algunos ciclistas. En el camino encontramos a Grenny y en el camino se nos perdió.

FOTOS DE JUAN CARLOS GRADOS
Antes de llegar a Yura, en el punto que nos desviamos para tomar los cerros






Mona apanada....

Próxima parada: desvío de la carretera hacia La Joya. Aquí, cuando llegamos, tuvimos al primer despistado: Polquitos que se pasó de largo y a quien tuvo que hacer regresar Hans y traerlo de las orejas. Empezamos a correr por un sendero que nos llevaría hacia una mina, pero que realmente ahora es una cantera de agregados. No sé por qué es que tomamos una ruta que no era la conocida y nos fuimos por otra que de todas maneras también nos hizo extraviar. La idea era, recordando la primera vez que hicimos esta ruta, no dirigirnos por los cerros para no tener que bajar al cañón para volver a subir. Pero igual ocurrió: subimos y por los lomos de los cerros, faldeándolos, rodeándolos, trepándolos y nuevamente descendiéndolos, avisoramos una ruta que nos llevaría hacia El Paraisito.

La ruta hasta aquí era tremendamente arenosa, con ceniza que parecía mandioca. Habían trochas que se entrecruzaban y que, si no sabíamos como eran, no deberíamos de acometerlas. Pero, Jesús, según sus propias palabras, por dárselas de pendeivis, en el sentido de querer cortar camino por estas vías de harina,s e mete a un pozo de tierra suelta y, literalmente se enterró hasta hasta los codos. De la llanta delantera sólo se podían ver los cocos. Estaba totalmente enterrado. Lejos de que la situación fuera peligrosa, se tornó mas bien alegre y de joda con el ahora "Panza empolvada"( recuerden que él es el famoso "Lomo plateado") Salió de su fosa hecho un asco por la tierra que lo apanó y estaba listo para la fritanga como" Mono frito". Después de la risa, seguimos. Les recuerdo que ahora ya éramos 13. A partir de aquí y por un buen tramo, Héctor estaba muy desalentado, triste y preocupado. Era que él creía haber perdido su celular y quizo regresar a buscarlo. Qué iluso, dónde lo podría hallar. Le sugirieron que hiciera una llamada y al hacerla, le responden que el celu estaba en la casa. Más o menos se tranquilizó y así seguimos. Ahora era el turno de Juan Carlos (para quienes no lo conocen lo pueden detectar porque se parece a Gasparín, por la pelada, pero lo dicen Barbón, por la...). Dió una aterrizada en la tierra suelta quedando también apanado como pejerrey y listo para la sartén. Nuevamente la joda porque era un chiste verlo así.

FOTOS DE ELBER LAZO



















Seguimos con un derrotero no muy seguro pero con la convicción que le pone Pedro a estas situaciones, que a mí, me hace sentir tranquilo por que sé que llegaré a puerto seguro. Así es como llegamos al lugar donde en la anterior oportunidad, Jaime rompió el desviador y casi como coincidencia, aquí también rompe el desviador Gerald (el otro vegetariano). Hubo un grupo de avanzada que fue a investigar la pòsible ruta a seguir, mientras que otros nos quedamos, ante la posibilidad de seguir la ruta ya conocida. El piña de Gerald, porque es la segunda vez que rompe el desviador,s e quedó arreglando y se demoraba tanto que, Andrea tuvo que ir a averiguar que era lo que sucedía. Los emisarios regresaron diciendo que habían encontrado la ruta. Después de auxiliar al piña, nos dirigimos a tierra firme porque Pedro conocía esta zona. Así llegamos a una geografía árida, arenosa y surcada por una serie de carreteritas que de lejos parecían sólidas pero de cerca, eran fofas. También habían huellas de motos y las seguimos. Así llegamos a lo que era un estanque para agua y tomamos una carretera que nos llevaría hacia la vía ya conocida para Quishuarani. Hicimos la bajada por el corte, que ahora ya está bien conservado, aunque no deja de tener sus peligros. Con algunos sustos llegamos al puente. Descansamos y nuevamente al pedaleo. Ya eran las 2 p.m. más o menos. No sé, pero me parece que la ruta está cada vez más arenosa y con el cansancio que ya estaba haciendo presa de nosotros (a mí por lo menos me estaba pasando la factura con mis acostumbrados calambres) sentíamos la pegada. Llegamos a la cumbre y de ahí, hicimos la bajada hasta La Joya. El orden de llegada fue así: Pedro, Mauricio, Polcos,J esús y Walter (yo). Los demás fueron arribando a pocos.

Al llegar, los encontré con unas negras de la que tomé parte también. Como la ruta merece, se tomaron fotos en el podium (compuesto por bancos). Felicitaciones para los tres primeros puestos y reconocimiento para los siguientes. Al final llegaron los demás (Robert había roto cámara) y los festejamos con los consabidos refrescos. Fuimos a almorzar, pero el servicio era muy lento. Lo que salió primero fueron los calderones (caldos), luego las habas para Pedro y un escribano para Juan Carlos. El arroz chaufa para Héctor se demoró demasiado pero no más que el lomo saltado para Mauricio. Pese a que el refresco que se nos sirvió, fue poco, Jesús haciendo siempre sus monadas se engulló dos rodajas de rocoto que le hizo ver a Judas calato. Pueden creer que ya no había refresco en el restaurante? Hicimos preparar una limonada con agua San Luis a la que también le dimos curso. Se pagó la cuenta y nos dirigimos hacia el ómnibus.

En la plaza había una fiesta, con orquesta y tabladillo incluídos. Algunos lugareños bailando y bebiendo sus chelas. La cantante estaba en su punto, si no en la voz, por lo menos en su físico. Con música chicha de despedida nos dirigimos a la empresa y lo hicimos con tanta suerte que cargamos las bicis al toque en la bodega (paraditas) y abordamos al bus. Ya todos saben como son estos viajes: cansados, somnolientos, calor, olores, etc. Finalmente arribamos a Arequipa y descargamos en la calle porque la oficina estaba cerrada. Cada uno a su casa y con la gracia del Altísimo,s in ningún percance.
P.D.Pedro también probó la medicina de la caída: se resbala en unas piedras al tratar de trepar el cerro y cae bajo la bici. Pero él, con su buen olfato, supo amortiguar la caída y mas bien, la tomó en gracia, tal como se puede apreciar en las respectivas tomas.
CHAU
Walter Amésquita - El Narrador de Cuentos

FOTOS DE WALTER AMESQUITA














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SETIEMBRE 16: LA ZETA

Saludos MTBikers:
El dia de ayer Domingo, no dimos cita un buen numero de ciclistas para hacer la ruta de Characato, Mollebaya, camino a Pocsi, "Z", el pajonal para luego empalmar a la pista que va Yarabamaba y depués hacer el retorno a la ciudad.

Salimos a la hora pactada que era las 08:30 a.m. unos minutitos más tarde más de una docena de bikers. Pero antes de la partida, nuestro amigo Jesús trajo consigo una novedad: eran unas bolsitas negras tipo alforjas pàra ubicar en la parte deantera del cuadro de las bicis, es decir, en donde se unen los tubos del travesaño, con el tubo horizontal con la pipa. Son algo vistosos y simpáticos, ideal para hacer rutas largas, como a Patapampa -por decir- en ellas puedes llevar tu cámara de fotos, algunas herramientas, tu bocadillo para ir degustando sin necesidad de parar y hasta una botella de refrescos de 500ml. El sistema de cierre es con pega-pega, aunque diría personalmente que fuera con cierre mas cómodo -ah- tambien tiene para llevar una pequeña linterna a pilas. Su costo, es solamente "dos manitos".

Después del pequeño cherry sigamos narrando la aventurilla. Como siempre, tomamos la ruta ya conocida para salir del centro de la ciudad hasta llegar a reservorio de Guardia Civil, en donde nos esperaban un buen grupito amigos. Llegando nada más, Jesús sufre un desperfecto mecánico en su bici: su rueda trasera sufrió un bajón, la cual se soluciona rápidamente y el diagnóstico era que el hueco del aro que estaba diseñado para válvula tipo aguja, había cortado el revestimiento de jebe del pitón. Superada la falla se reanuda la marcha hasta Characato.

Llegando a Characato, Jesús vuelve a sufrir el mismo desperfecto de su bici: otro bajón de la llanta trasera, esta vez no era el problema del pitón, sino que la cámara tenía un pequeño agujero, revisamos minuciosamente la llanta, pues no había indicios de espina ni nada y ¿Ahora? ¿Cámara? ¿Quién le cede tal accesorio? Menos mal nuestro buen amigo Edson, tuvo que prestarle su cámara y con ella arreglamos la avería. Ya todo estaba listo para partir.... Cuando Jesús se da cuenta que su sillín de su cleta se daba una vuelta entera, en su sitio, porque el tubo del sillín era con sistema de suspensión. ¡Pucha qué piña Jesús! como diría alguien: sobre cuernos, palos... jaajajajajaja ¿Y ahora cuál es la solución? ¡Que venga un mecánico, un Mc Giver lo que sea, pero yaaaá! Efectivamente, estaba nuestro amigo Olger para resolver el problema, quien echó mano a la herramienta exagonal.

Desmontado el accesorio, nos dimos con la sorpresa que el tubo del sillin estaba roto y Olger que es ducho en la materia dijo: ¡Esto tiene arreglo! Y mandó comprar un pegamento denominado "super glu" algo así, por lo que nuestro amigo Olger se ganó el chaplin de "loco glu" Efectivamente, el tubo del sillin tenía un pequeño orificio, y un pivote delgado que estaba unido al asiento; la cual introdujimos untando el pegamento al pivote delgado.... ¿Y saben qué? Quedó como "cuete"

Terminada la faena, proseguimos el pedaleo como perseguidos y poseídos hasta el desvío de "Z". La mayoría subimos por el cementerio de Mollebaya ¡Vaya qué cuesta tan enpinada! En ese sofocante calor que hacía, los rayos del sol te daba directo en la cara, sudando a "chorros" ascendieron la cuesta Mauricio, ¡Olger!... Chano, Pedrito si me olvido de alguien -dispénsenme- subieron montados por lo que se ganaron el apodo de "loco piernas" de parte nuestro amigo Vital y compañía. Este servidor solo lo hizo hasta la mitad de la cuesta, es que estoy subidito de peso... ajo....

Llegamos al cruce de zeta, en donde nos esperaban algunos echando chispas, mientras nuestro amigo Héctor mas conocido como "Erector" subía y bajaba montado en su bici, como siempre ya nos tiene habituado a ello. Una vez llegado el último biker que era Rafael, partimos raudos, esta vez bajamos la zeta hasta llegar al curvón que está a la mitad de la cuesta de donde algunos preferieron regresarse.

Mientras los que quedamos, un buen número de bikers decidimos explorar un camino que parte de la curva hacia la direccion a Mollebaya, pero no llega a ningún lugar. Regresamos otra vez a la curva, y tomamos un camino de herradura cuesta abajo molograda por la lluvia hasta llegar al camino que nos conduciría a la pista, pasando por las ladrillerías del pajonal. Arrivamos al camino cuando nuestro amigo Gerald había roto su desviador posterior shimano alivio y para remate ¡Nuevecito! Ya van dos veces que esta rompiendo su desviador nuestro amigo Gerald en menos de 20 dias.

Superamos tal desperfecto y otra vez rumbo a devorar kilómetros. Para mí esta ruta fué nueva, y la gocé, yo sé que la hicieron los demás tambien, en otro momento, pedaleando por los paisajes casi prístinos -aún todavía- aunque las invasiones ya están cerca, muy cerquita y por lo tanto; posiblemente estos terrenos por donde pasamos ya son privados, como lo pudimos ver cuando fuimos al descenso de Quequeña en donde habían unos letreros que decían: propiedad privada. La verdad es que nos estamos quedando sin campo para practicar nuestro deporte favorito.

Alonso que venía con la baja de su bici, yo y un biker nuevo llamado Juan Carlos estuvimos últimos hasta llegar a las inmediaciones de el penal de Socabaya donde terminó la ruta.
SALUDOS.
FELIX. 

En Characato




Olger haciendo maravillas pra reparar la bicicleta de Jesús




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SETIEMBRE 09: LOS SALTITOS - UCHUMAYO

Esta ruta es una de las más completas; porque tiene pista, tierra, obstáculos, dawn y chimbango.
Salimos un montón (en cantidad y en calidad) casi a la hora programada, lo que dio alegría a unos y los demás, quizás, cólera porque los dejamos y tuvieron que alcanzarnos. Este punto es el que siempre se ha reclamado y creo que lo vamos a conseguir, por respeto a los demás.
Bueno, salimos y la parada de orden la hicimos en el grifo para echar aire y apertrecharnos de agua. Seguimos rumbo hacia el desvío de la Av Ejército para dirigirnos al cementerio. Un reagrupamiento, unas entrevistas de Wapoca y de frente a los saltitos. Lamentablemente esta parte está malograda por la zanjas longitudinales a la ruta, que han dejado las lluvias pasadas, que hacen peligroso el bajar a velocidad. Tal vez si las grietas estuvieran cruzadas, entonces las saltamos y listo, pero no es así, ya que al estar a lo largo, se puede entrar en ellas y el porrazo en inminente. Felizmente nadie sufrió daño alguno.

Valle de Uchumayo




Unos siguieron por la parte alta del vallecito y otros por la parte baja, que tiene su gracia porque bajas cañeramente (por la tierra que está suelta) y trepas hasta dar alcance a los que ya coronaron la trepada. A lo lejos se observa parte de la ruta que nos falta hacer y hacia allí nos dirigimos. Cuando llegamos al punto de espera, se ve como los ciclistas poco a poco van "comiendo" el terreno y dejando grandes estelas de polvo, llegan todo blancos por el polvo.E l terreno no está en condiciones óptimas. Nuevamente a darle al pedal para llegar al famoso lugar en donde varios compañeros tuvieron que besar el suelo sin quererlo (matada o comúmente sacada de m...) Practicamente todos bajaron la pendiente, unos con eficacia, otros con miedo y algunos con pequeños amagos de caídas. Es menester manifestar que he visto biclas de todo tipo durante mi permanencia en el team: catres con llantas de pista, bicicletones, monturas con fierro de construcción y hasta el armatoste que tiene Alfredo; pero se imaginan una bicla con silletita para llevar a un bebé? Ah? Chévere.

En la Plaza de Leticia, pueblito ubicado más arriba del Huayco






Bueno, seguimos y nos dirigimos hacia Uchumayo. El lugar debe estar cambiado porque nos desviamos dos veces hasta hallar una vía que, aunque no estaba en la hoja de ruta, la tuvimos que hacer: estaba al filo de una falda de tierra roja, como es la Uchumayo, y caminando así es que llegamos a la parte alta del pueblo. Ensayando vías es que llegamos a la ramadita en donde nos refrescamos. Al rato llegó el resto y departimos unas negritas y un chimbango. La estadía fue corta porque había que regresar y lo hicimos por el frente, por la vía férrea.
El sol caía con fuerza sobre nosotros y siguiendo la pista, llegamos a orillas del río que, lejos de darnos frescura, nos dió el mal olor de las aguas. Como están haciendo trabajos, el desvío para salir de la orillas del río hacia la trocha no se distinguía bien y por eso fuimos al lecho mismo del río, ¡nos perdimos!. Desandamos lo andado y ahora sí estábamos en ruta. Esta parte es para empujar y con el sol tremendo, se suda la gota gorda y la flaca también. Así llegamos a la cumbre en donde hay una tranquera. Esperamos al resto y nuevamente rumbo a la plaza de Leticia (que es el pueblito que queda en la parte alta del Huayco). Descansamos, sacamos fotos (Jaime era el fotógrafo ambulante) y nuevamente a montar para dirigirnos a Cerro Verde. Llegamos al punto y después de esperar bastante rato, algunos decidieron seguir para avanzar poco a poco.
No sabíamos que Julio había pinchado llanta y Jaime con Pedro se quedaron acompañando el respectivo cambio de cámara.
Hubo desacuerdos, porque se decía que se debía esperar al último ciclista, también se decía que deberíamos esperar en el puente para desacansar y empezar la subida del cuartel y no, como lo hacemos siempre, descansar para empezar la bajada. Qué tal contradicción,¿no?.
Así es como seguimos y llegamos al grifo de Tiabaya. Previa espera, seguimos para caer en un tremendo embotellamiento (aclaro: de carros) en el puente de Tingo. Qué manera de haber carros. Salimos con vida y llegamos a la Av Parra. Hicimos hora para esperar al resto, con unas rubias pero nunca llegaron.
Hablando de las paradas, las hay: obligadas, de reagrupamiento, por emergencia, accidente, olvido de algo, charla, reconocimiento del terreno y por cualquier cosa más. Lo que las paradas nos hacen es gastar tiempo, que bien se podría emplearlo en avanzar la ruta y así, terminarla más temprano, lo que nos daría más tiempo para poder confraternizar o, para llegar más tempano a casa.Y por qué no salir más temprano, como también se planteó?. Los resultados serían, en todo caso, más positivos y productivos.




Ups...!




OTRO SI: No me olvido de las caídas (así suavecito no más) si no que quería comentarlas en acápite aparte. Torero que no ha sido cogido por el toro: o es muy mosca o no le entra como debe ser.
Cletero que no se dió un porrazo igual: o domina mucho o simplemente no se arriesga. Entonces, el caerse no es signo de torpeza, sino mas bien, de arrojo. En la jornada, tuvimos las caídas de Polquitos, cuando, valientemente como sólo él lo sabe hacer, empezó a bajar en dawnhill y ya casí al finalizar, rodó, claro que sin mayores consecuencias. Ese es el premio al valor y la pericia.Y repitió el plato. Eso ya es ser goloso.Y nuevamente reitera su gusto por las caídas en la siguiente bajada de la ruta. Pero al final, con toda su vehemencia, logró culminar la faena: bajó. Cuando Jaime llegó a Uchumayo, también dijo que se había recostado y eso, lejos de ser una matada, es un galón en nuestra carrera ciclística.
Walter Amésquita - El Narrador de Cuentos
 
A continuación, un video preparado por nuestro amigo Walter Ponce Del Castillo



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Ruta: Represa de Uzuña

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