26 de Setiembre: Ruta Los Muertos

La Ruta de los Muertos, por qué se llama así?
La carretera antigua que unía Arequipa con Mollendo y Camaná, salía de la ciudad por Tiabaya, Cerro Verde y continuaba por lo que hoy es la panamericana sur a la altura del kilómetro 43. A mitad del camino hay una serie de curvas cerradas en una zona de fuerte pendiente y por los años 60’ hubo un accidente donde un ómnibus de pasajeros se volcó dejando unos 30 fallecidos, aproximadamente, y de allí la terminología popular bautizó la ruta como la de “Los Muertos”.
Los últimos meses estábamos saliendo un promedio de 24 ciclistas, pero hoy salimos siete del Team Inter (Vito, Chino, Walter Ponce, Walter Amésquita, Luchito Delgado, Fredy y yo), dos de AQP Bike (Punky y Armando) y un amigo invitado de Chino, total 10.
En el cruce a Cerro Verde, que está a unos 1,700 m.s.n.m., descansamos unos 20 minutos aproximadamente. Algunos nos quitamos casco, guantes, zapatillas y calcetines, con la finalidad de ayudar al cuerpo a refrescarse, porque el calor era fuerte. Aprovechamos de comer nuestro rrefrigero para recargar nuestras baterías.
Vimos pasar a Dante, pero no tuvo la oportunidad de avisarnos que había gente detrás, esto me enteré después con los correos que me enviaron otros ciclistas y que líneas abajo transcribo, pero tampoco habríamos podido esperarlos, porque estábamos bajo el sol sin un lugar de sombra para protegernos y eso nos haría daño si nos quedábamos. En la subida de la zeta, después de Uchumayo, Chino tuvo una pinchadura y Walter Amésquita perdió un pedal y tuvo que continuar el resto de la ruta pisando el eje.
Unos kilómetros después que reiniciamos el camino, abortó Fredy. No es que estuviese preñado, lo que pasa es que ya conocía lo que se venía y estaba convencido de que no lo iba a lograr y por más que lo animábamos a seguir, decidió regresar (era bajadita) e irse hasta La Joya para tomar ómnibus y regresar a Arequipa.
En el túnel que está a más de 2,600 m.s.n.m. descansamos unos 15 minutos más o menos. Total tiempo de descanso, una hora.
En el camino nos encontramos con el Cóndor que fue a alcanzarnos.
Hicimos la ruta hasta Tiabaya, en 5 horas, donde descansamos una media hora y luego directamente nos fuimos a casa.
Sin duda, una ruta que nos dejó “muertos” de cansancio, con las ganas de decir: "no vuelvo más", pero eso es hasta el próximo año. Por lo menos eso fue lo que dije el año pasado y lo recordaba cuando después del cruce de Cerro Verde, estaba con el cambio 1, 1 (plato chico y piñón grande) y me faltaban cambios para no sentir tan pesado el pedaleo. Agradecía una ligera brisa, miraba con fastidio el asfalto porque sentía en la cara el calor que emanaba ese asfalto negro, miraba hacia los costados y todo es seco, y más adelante los restos de las cruces abandonadas que marca el lugar donde antes hubo un accidente con más de 30 muertos. Y el sol en la cara…..
Pedaleábamos en medio del desierto. Luego viene el remate de las curvas en subidas pronunciadas, no sabes de dónde sacas fuerzas, es sicológico, porque sabes que se acaba, que lo estás logrando, te esfuerzas, sientes que el piso se hace como plano y empiezas a pedalear más fuerte, inclusive aumentas de nivel el plato y los piñones, y de pronto, en una curva a la derecha encuentras el túnel, que marca el final de todo el ascenso, el final de la tortura, llegas al túnel y sabes que lo lograste, la satisfacción es grande. Seguramente habrán otros ciclistas que harán la ruta en menos tiempo, no importa, tú hiciste lo tuyo y lo lograste!!!
Aún con físico, es una ruta en la que hay que tener mucha determinación para seguir, y sin físico..... truenas....
Jaime









LO CUENTA FREDY BARRIENTOS
Hola a todos.
Con mucho entusiasmo me levanté temprano, estaba llevando platanitos y mis frutas secas, en el desayuno leche con un polvo de carbohidratos.
Emprendimos el viaje y todo bien del cruce de la panamericana hasta la entrada del desvío de Cerro Verde. De allí dije: se acabó el paseíto ahora a ponerle ganas.
Después de recorrer unos kilómetros empecé a sentirme fatigado, así que empecé a hiperventilarme, mi agüita de coca me va ayudar, pero nada, con las justas llegue al cruce de los muertos.
Jaime me animaba, vamos a ir despacio, pero los grandísimos se empezaron hacerse chiquitos otra vez…. y no me quedó otra que tirar la toalla y pasarle la voz a Colibrí que me retiraba a La Joya y de allí tomaría el ómnibus a Arequipa.
Emprendi la retirada y empecé a tomar velocidad, increíble, estaba yendo rápido, apenas podía escuchar la música de mis audífonos; luego en el camino me encontré con Vitale y un grupo de muchachos (él, como siempre, rodeado de chiquillos), algunos tirados en el suelo con las piernas arriba para hacer circular a sangre. Trató de convencerme para que los acompañara, pero dije otra vez subir…, no way! asi que seguí pedaleando y hasta en la bajada me sentia agotado. LLlegué hasta el cruce de la línea del tren y pregunté por donde se entraba para llegar a la plaza. Me dijeron que siguiera una entrada (esta toda asfaltada) que era una ruta más corta, pero no me pareció corta, sino, más vistosa, parecia la ruta del Fiscal a La Punta, con viñedos, campos con tunales, chévere, pero estaba desértico, con lomaditas suaves, agradable ruta, hasta que llegué al mercado y un ómnibus estaba a punto de salir. Le hice señas para cargar mi bici y aceptó. Caí seco el resto del camino y desperté a la entrada del parque industrial.
Moraleja: no importa cuan energético sea lo que comas, si no tienes físico no la haces. Asi que para acompañarlos a la Punta voy a tener que juntar fisico, espero estar listo para el fin de mes próximo.
Un saludo amigos
Fredy


LO CUENTA WALTER PONCE DEL CASTILLO
Hola Amigos ciclistas!!
Después de mucho tiempo que agarro mi rutera...y la verdad que sentí la pegada. Al inicio todo parecía tranquilo, pero a medida que pasaban las horas y especialmente cuando llegamos al cruce de Cerro Verde, la verdad que la vi "verde" jajaja, sentía por momentos que la cleta se detenía sola! . Es que del cruce se inicia una subida que engaña a la vista, es una ilusión óptica, parece que estas en una subida simple...pero la verdad es que estas subiendo una pendiente interminable, ya se imaginan del resto de la historia. Pagando por no estar en forma y no salir más seguido, mi cleta reclamo lo suyo!!... no la pude domar jajajaja esta resentida la pobre por tenerla arrinconada tamto tiempo.
Espero que no les pase lo mismo....y para los que no fueron y se la perdieron... alli les mando las fotos.
Hasta pronto...saludos!




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19 de Setiembre: Alto Cayma - Aerolito

LA SALIDA
Eran las 8.30 am, partiendo puntuales como raras veces; pero por más buena voluntad y decisiones que hagamos, las cosas no siempre salen como queremos.
Ya estábamos con el pie pisando el pedal, cuando Luchito nos dice que tiene problemas con su llanta posterior, que estaba fernada..... por la chiva negra... !!!. Inmediatamente sujetamos el hígado y pusismos manos a la obra; en 5 minutos solucionamos el problema: el v-brake estaba mal calibrado.
A las 8.37 am, 24 ciclistas entusiastas y llenos de vitalidad, partimos a conocer aquél lugar donde, según dicen, hace muchos años cayó un aerolito.
La subida de Cayma, larga y constant, no tuvo mayors complicaciones, Más rápido o más despacio, todos lelgamos al grifo para hacer una parada de reagrupamiento. Y allí tuvimos la primera sorpresa, encontramos a Vladimir esperándons. La gente decidió bautizarlo con el apodo de el "Taxista". Nos contó que subió pedaleando y compitiendo con Víctor, pero ya es muy tarde, se quedó con el apodo del "Taxista", por el uso constante que hace de los taxis para alcanzarnos en la ruta.


AGARREN A ERECTOR
Como si fuera una larga y colorida serpiente, reiniciamos esa larga subida de Alto Cayma. De pronto, lo inexplicabale nos dió en la cara. Héctor Ballón, cmo tocado por una mano de poder, salió del final de la columna y nos pasó a todos a una velocidad poco normal. Hecho una bala se adelantó una buena distancia y dando la vuelta bajó endiablado, y todo para volver a subir y bajar una y otra vez. No sé cuántas veces lo habrá hecho, pero todos nos preguntábamos extrañados qué tenía..... estaba drogado?
Algunos decían que como su apodo es "Eréctor"... pues estaba eréctor; otros comentaban que estaba con las hormonas recargadas y tenía que "descargarse" de alguna manera. Algunas más insinuaba que se había tomado media docena de Red Bull, que se había inyectado una sobredosis de lococilina y varia sconjeturas más mientras nuestro querido "Eréctor" hacía las veces de ascensor subiendo y bajando la avenida. Nunca explicó por qué lo hizo, peor la final lo pagó caro, pues para el regreso, estaba súper agotado por todo el esfuerzo excesivo que había desplegado.


LOS OBSTACULOS Y DEMORAS
Concluyendo la subida y cuando nos disponíamos a girar a la izquierda en dirección a Pampa Amazonas, nuestros guías se quedaron desubicados porque todo estaba lleno de construcciones que no permitían acceder a la ruta conocida. Tuvimos que seguir subiendo hasta encontrar una calle que nos permitió retomar la ruta que pretendíamos.
Con la idea de encontrar la "pampita", aceleramos nuestras bicis sólo para que a unos 200 metros no quedáramos frente a una quebrada. Qué hacer? regresamos y seguirmos subiendo la Av. de Alto Cayma para buscar un lugar plano o cruzamos la quebrada? No quedó más remedio que cruzar; la bajada fácil, pero en el lado opuesto tuvimos que echar la bicicleta al hombro y trepar como se pudiera.


Una vez en la cumbre opuesta, nos encontramos con una invasión, no sabíamos si estaba abandonada o qué, no había ninguna persona, ni perro que nos ladre.Vitale bautizó esa invasión como "La Vida no Vale Nada", tampoco queríamos averiguar si alguien vivía por allí, por lo que con mucha precaución la cruzamos, sólo para encontrarnos con otra quebrada. Repetir la historia y echar la bicicleta al hombro para subir al otro lado.

Y qué encontramos al otro lado? pues, otra invasión, ya hasta con nombre: "Cabrerías", menos mal que nadie se sintió aludido por el nombrecito. Era una zona donde había mucha tierra muy fina, que en algunas partes no se podia pedalear. Hubo un momento que estuve al último y "tragando" todo el polvo que dejaban los demás, por lo que decidi adelantarme. Fue en esas circuntanscias que a punto de pasar a Alonso, él se quedó atascado en una lomada de tierra "harinosa", por lo que sacó un pie a su izquierda en el preciso instanque que yo entraba. Lo golpeé en la espalda con el timón de la bicicleta y producto de ese golpe, salí volando para caer y envolverme en toda una nube de polvo. Tenía la oreja llena de tierra, igual la nariz y los lentes quedaron blancos.... Menos mal que fue una caída sin complicacioens y Alonso, aparte del golpe en la espalda, no tenía ningún daño más. Héctor me pidió que me tirara a la tierra nuevamente para "tomarme una foto", .....


Pero lo peor fue que al hacerme el chistoso me volví a tirar al suelo, pero esta vez sin percatarme que habías unas corotillas.... así que... "sonriendo" me levanté con varis corotillas clavadas en la espalda y los brazos...


SUBIENDO LA MONTAÑA
Ya faltaba poco para llegar a nuestro destino, "sólo" quedaba subir la montaña que  teníamos al frente. Héctor se quedó mirándola, como midiendo sus fuerzas, pues con el desgaste previo que hizo en la Av. Cayma, ya le faltaban fuerzas.
Esta subida no era muy larga, sería 1 Km. de largo que teníamos que completar para lelgar al lugar donde alguna vez cayó un aerolito.
Pero.... otra quebrada más. Ya eran tres las que estábamos cruzando. Qué mas da? qué importaba que la bajada fuera la más pronunciada?. La larga subida sacó lo mejor de nosotros. Tuvimos la oportunidad de ver nuestra ciudad a lo lejos. aunqeu era un paisaje seco y agreste, el espectáculo era hermoso.


DONDE CAYÓ EL AEROLITO
LLegamos a la cumbre para ver los restos de lo que hace muchos años sucedió. Pareciera que un aerolito caypo en esa zona dejando un hoyo profundo. Cuenta la historia, o la leyenda, que durante muchos años hubo una laguna en el lugar y que inexplicablemente ésta desapareció, como si toda el agua que existía en el lugar se hubiese filtrado o "evaporado" de un día para el otro.
Estando en el centro del lugar uno ve las montañas que lo rodean del mismo tamaño, todas homogéneas, como cuando uno empuja la arena con la mano. No somos geólogos para saber si es cierto o no que un aerolito cayó alguna vez, pero el lo que veíamos valia la pena ver.


EN ALAS DEL VIENTO
Luego de las fotos de rigor, iniciamos el retorno. Esa subida final que tanto nos costó.....
Varios dimos recomendaciones de bajar con cuidado, qué ilusos, casi inmediatamente la adrenalina se apoderó de nosotros y como si fuésemos águilas en alas del viento, bajamos veloces aquella montaña. 
Con la confianza que no encontraríamos un carro en sentido contrario, descendimos en un par de minutos.
Algunos compañeros indicaban que su velocímetro marcó 48 Km. por hora; en otros 53 Km. por hora y en ese tipo de terreno.... eso es como flecha....
No, no hay fotos que prueben nuestro descenso, pero quién se iba a detener paa tomar fotos cuando todos los demás estaban disfrutando?


Para cualquier información, escríbenos a: teaminter1984@gmail.com

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Ruta: Represa de Uzuña

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