Setiembre 25: Chiguata

Habíamos previsto que ayer sábado un grupo de ciclistas íbamos a iniciar una ruta nocturna. Nuestros planes eran partir del Reservorio de Guardia Civil a las 4.30 pm aproximadamente con rumbo a Tuctumpaya, donde llegaríamos pasadas las 8 de la noche, tal vez las 9 de la noche. En este lugar teníamos planificado dormir y al día siguiente continuar la ruta con destino a Mosopuquio y Chiguata.
En Chiguata nos teníamos que encontrar con el resto de ciclistas que no habían hecho la ruta nocturna, comer algo en alguno de los restaurantes de la zona, contar las anécdotas que se hubieran presentado y luego regresar a Arequipa.
Lamentablemente, la ruta nocturna no la pudimos hacer y nos tuvimos que consolar haciendo la ruta a Chiguata únicamente.
Aún con toda nuestra frustración del día anterior, salimos 22 ciclistas muy entusiasmados para hacer pista, pasando por Miraflores, Mariano Melgar y subir por Miguel Grau. Posteriormente continuar con la subida a Chiguata que dejó a más de uno algo más que cansado.
Ya el regreso fue cosa más sencilla porque fue pura "bajadita". Un día sencillo, pero siempre disfrutado plenamente al lado de nuestra fiel compañera: nuestra bicicleta.



















VERSION DE WALTER AMESQUITA
Conocido como "Guau", el narrador de cuentos, ésta es su versión:

RUTA "INTERRUPTUS" A CHIGUATA - CACHAMARCA
Interruptus, simplemente porque nos quedamos en la mitad, no llegamos.

Ultimamente estamos saliendo una buena cantidad de cleteros. Eso es bueno para saber quienes son los que pican y se quitan, los esporádicos y los asiduos.
Algunos no se enteraron que la salida era a las 8 am y fueron cayendo un poco retrasados. Me apunto en este grupito. Alguna vez tenía que ser, llegar tarde. Por eso recomiendo que antes de salir de casa, revisen el correo.
Nos dirigimos por Selva Alegre hacia San Antonio, en donde Ricolás "vamos chicas" Fredy, estaba esperándonos. Lo encontramos en el camino y dale y dale hasta la iglesia del Señor de los Milagros en Mariano Melgar. De aquí hasta Miguel Grau y a trepar por la carretera que nos llevaría a Chiguata. Alonso tendría que esperarnos aquí, pero nada que ver.
Les recuerdo que la ruta era hacia Cachamarca. Bueno, llegamos y nos sentamos en las artesanales bancas de la plaza a descansar. Frente a nosotros estaba el local de una picantería con sus anuncios sobre comidas y bebidas.
Así estuvimos por un buen rato hasta darnos cuenta del por qué Grenny estaba tan mal. El punto era que, según ella, había juergueado a punta de vino y por eso estaba "hervida". Aquí es donde alguien tomó la foto cuando Grenny apoya su cabecita de peluche en mi fornido hombro.
De pronto, se nos acerca una señora que ofrecía en la picantería y nos trae un plato con habas y maíz hervidos (mote para los que hablan en cristiano). Nos sorprendió la oferta porque así nomás no invitan estos negocios. Después de un tira y jala: no gracias, sírvase nomás; pero no hemos pedido, no importa la casa invita, bueno pues haremos un esfuerzo, no se preocupen, etc. estuvimos que darle curso al potaje. El plato resistió el embate de mano veloz, dedos de gancho, agarra nomás, mano lavada (ya saben quien) que ávidas de los cocinados granos, sacaban y sacaban hasta que no quedó ni el olor.
Ahora pues, yo no devolvería el plato, porque la señora no estaba dando aguja sin puntada, y decirle gracias, que amable. Lo comisioné a Mauricio para que pase el roche.
Pedrillo quiso reiniciar la ruta pero tuvo que aceptar que no se haría ya. El motivo era que, había una invitación a una pollada en ayuda de un ciclista antiguo que estaba en problemas.
Regresamos raudamente y en menos de lo que canta un callo afónico y con dislexia, estábamos ya en Mariano Melgar. No encontrábamos el lugar de la pollada y tras algunas llamadas por celu, llegamos a dar con la dirección. La fiesta estaba en todo su apogeo: ciclistas (ruteros, montañeros), platos opíparos, chelas, pisco, algarabía y gente de color, lo que a Vitale siempre le da mala espina porque los relaciona con "trabajos manuales".
Nos instalamos bajo una carpa, juntamos mesas, jalamos sillas y ya otros estaban pidiendo un cajón de chelas, en este caso blancas. Cuando caimos en la cuenta de que no eran las negritas, ya Luchín estaba pidiendo la chancha para pagar, pero lo cierto era que media caja ya había volado. Esto me hizo recordar que alguna vez tomé el vaso de cerveza más caro de mi vida: cinco soles por medio vasito.
Conscientes del hecho, algunos nos negamos a entrar en la ronda, pero más que todo porque, tomar cerveza blanca, nosotros que somos "blancos", es como leche y espuma y por eso preferimos las negritas. Pero nos la tuvimos que traer personalmente de dos en dos. Lucho echaba chispas. Quien le manda rodearse de los secantes, que hicieron polvo las chelitas tan raudamente que parecía cosa de magia.
A continuación llegaron las polladas (había que pagarlas, no crean) y cada quien se mandó con su plato. Alfredo, mi humilde amigo bebedor, arrancó con lo que tenía a la mano: las blancas y como él, no hay quien goce más; pero al ver que en el otro bando estaban las negroides, sin vergüenza deportiva ni honor en el campo de batalla, se cambió de equipo y ya estaba brindando y paladeando la malta. Ese es mi pata Alfredo, quien no se hace bolas cuando se trata de libarse una chela, sea del color que sea.
Entonces llegó Miguel (el Presidente de la Liga de Ciclismo de Arequipa) y agradeció nuestra mayoritaria presencia. Rompió la "brecha" para que no haya distanciamientos entre los asistentes, y así, entre risas, anécdotas, tragos, abrazos, recuerdos del colegio militar y de las promociones nos retiramos.
En medio de esta algarabía, el nombre de Vitale era el más voceado debido a que, como se sabe es el que "barre" con todo el material femenino , desde mocitas, hasta ñoras, pasando por núbiles señoritas. Roberto era el que más se emocionaba por cada chica que pasaba por el lugar y estentóreamente lanzaba el grito de batalla:"VITAAAALLLLLLLL". Hasta entonó el insigne y recordado tango vitalero. Me emocioné hasta casi las lágrimas cuando Roberto cantaba el tango y ver como temblaban sus cachetes por la emoción de la letra, pero, craso error, era porque estaba mirando de reojo el posible misil de Vitale y por eso se "caía "de miedo. Lo que hay que hacer por los amigos.
Creo que la ruta "interruptus" estaba pintadita para la ocasión. Ayudamos, nos hermanamos y conocimos a mucha gente que practica el ciclismo.
Chao


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Ruta: Represa de Uzuña

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