Crónica de Alonzo Rubattino:
Para mí la aventura de una ruta ciclista con team Inter empieza el sábado en la noche, momento clave de priorizar y decidir entre salir a divertirse sanamente o “perrear intensamente”. Las ganas de compartir unas che con amigos no se sobreponen al espíritu aventurero y el deseo de rodar junto a buenos camaradas que comparten el mismo amor por el ciclismo.
Como de costumbre me dirijo al punto de encuentro (8:30 am) en la avenida Bolognesi para encontrar a mis compañeros . Somos alrededor de 25 personas, cada uno armado con una gran sonrisa, su tricota del Team Inter y sus maquinas listas para empezar el ruedo. Los minutos avanzan y va llegando mayor cantidad de ciclistas. Ya son las 8.40 am y somos alrededor de 40 personas.
Emprendemos la ruta de camaradería con destino el campo deportivo Michell / Yumina. El grupo se dirige en fila a través del puente Grau, desembocando en el centro de la ciudad por la calle peatonal Bolivar/Sucre para tomar una izquierda en dirección a Alianza Francesa y continuar por la plaza de Armas como de costumbre. Sorpresivamente nos topamos con 2 señoritas de la policía nacional motorizada que mientras desviaban el tráfico automovilístico evitando que fluya hacia la plaza de Armas, nos permiten el paso con una gran sonrisa en sus rostros. En este momento era evidente el motivo de la labor policial, pues se podía divisar gran cantidad de parejas con la vestimenta adecuada para ofrecer al público su interpretación del famoso Carnaval Arequipeño preparándose para batir aquel record Guiness que tratara de superar las 540 parejas danzando al ritmo de un baile tradicional alcanzado en la región Trujillo en Febrero de este mismo año. Optamos por tomar la ruta del pasaje de la Catedral en dirección hacia la calle Mercaderes, que nos llevaría hasta el centro comercial La Gran Via para continuar en linea recta por un par de kilómetros hasta alcanzar el grifo ubicado en una esquina del “Reservorio de Guardia Civil”. El grupo fue llegando de a pocos. Nos encontrábamos en las afueras de la tienda de dicho grifo cuando percibimos que algunos camaradas habían sufrido lo que me gusta llamar una parada del destino o pinchazo limpio. La hora avanzaba, ya eran 9.10 am y nos encontrábamos casi listos para continuar la ruta propuesta: Campo Michell/Yumina. Sorpresivamente recibí la llamada de un compañero del Team Inter quien se encontraba esperando al grupo a la altura del grifo de Sabandia. Mi reacción en ese momento fue alcanzarlo y esperar con él la llegada del resto del equipo. 15 minutos transcurrieron cuando ya me encontraba en Sabandia. Era sorpresivo no ver a nadie del equipo acercándose o arribar en ese punto para continuar hacia Yumina, cuando recibí el aviso de mi amigo Diego Cornejo quien me indicaba que el grupo había tomado otra ruta hacia campo Michell. TODO FUE CONFUSO. Mi imaginación me dio a entender que iban a tomar una ruta alterna para finalmente desembocar en la andenería de Yumina para continuar el paso hacia campo Michell. Inesperadamente 3 ciclistas del team se dirigían hacia nosotros, continuando por la ruta que lleva hacia dicha andenería ancestral. En ese momento optamos por seguir la ruta con ellos, asumiendo que íbamos a encontrar al resto del grupo al final de la escalada en la parte más alta de Yumina. ¡Vaya sorpresa que nos llevamos!
Habiendo alcanzado el punto más alto me pareció muy extraño no ver al resto del team , por lo que hice la consulta a mis compañeros de turno sobre la ruta que estábamos realizando. Ellos me indicaron que no eran parte de esa sesión dominguera pues no traían consigo implementos adecuados para jugar futbol y habían optado por pasear en Yumina en vez de pichanguear con el resto. Me quede anonadado. No podía concebir que habíamos pedaleado cuesta arriba para simplemente chocar con la realidad que nos habíamos equivocado de ruta. Yo y Roger (el amigo con el que me reuní en Sabandia) decidimos tomar una ruta distinta para el descenso. Salió a flote una opción de un camino de piedras, tierra y full naturaleza. El descenso fue hermoso, tuvimos opción de apreciar el fino trabajo de andenería construido por nuestros antecesores Arequipeños a lo cual sonreímos y agradecimos por encontrarnos ahí en ese momento.
Habiendo optado por regresar para encontrarnos con todos en campo Michell tomamos un camino subiendo por Paucarpata a través de la plaza en rumbo al mirador donde dicho campo deportivo se ubicaría. Muy grata fue la sorpresa de ver a todos ya jugando una pichanga, para lo que estábamos preparados y entusiasmados. El juego fue emocionante. Habiendo 4 equipos se logro armar un pequeño campeonato, en el que cada uno de los integrantes gozó y demostró su capacidad dejando todo en la cancha. El terreno era complicado, la altura afectaba nuestros corazones y no falto aquel contratiempo con los balones! El juego duró alrededor de 2 horas. Todos nos encontrábamos cansados y preparados para el fullvaso! Realizamos el descenso hasta la plaza de Paucarpata, donde nuestros compañeros unificaron al equipo y así comenzó el partido chelero. Se compartieron muchas anécdotas entre los presentes, donde tuvimos la oportunidad de conocer más de cada uno. ¡Realmente una experiencia de integración en equipo! El sol alcanzaba su pico más alto, ya era pasado el medio día y todo el team debidamente sazonado se preparaba para regresar a su respectivo hogar. La experiencia de confraternidad y mutuo respeto es algo que resalto de este grupo tan diverso, que al encontrar en sincronía el amor por la bicicleta alcanza un sentimiento de pertenencia en todos nosotros, similar a aquel de una familia unida.
Para mí la aventura de una ruta ciclista con team Inter empieza el sábado en la noche, momento clave de priorizar y decidir entre salir a divertirse sanamente o “perrear intensamente”. Las ganas de compartir unas che con amigos no se sobreponen al espíritu aventurero y el deseo de rodar junto a buenos camaradas que comparten el mismo amor por el ciclismo.
Como de costumbre me dirijo al punto de encuentro (8:30 am) en la avenida Bolognesi para encontrar a mis compañeros . Somos alrededor de 25 personas, cada uno armado con una gran sonrisa, su tricota del Team Inter y sus maquinas listas para empezar el ruedo. Los minutos avanzan y va llegando mayor cantidad de ciclistas. Ya son las 8.40 am y somos alrededor de 40 personas.
Emprendemos la ruta de camaradería con destino el campo deportivo Michell / Yumina. El grupo se dirige en fila a través del puente Grau, desembocando en el centro de la ciudad por la calle peatonal Bolivar/Sucre para tomar una izquierda en dirección a Alianza Francesa y continuar por la plaza de Armas como de costumbre. Sorpresivamente nos topamos con 2 señoritas de la policía nacional motorizada que mientras desviaban el tráfico automovilístico evitando que fluya hacia la plaza de Armas, nos permiten el paso con una gran sonrisa en sus rostros. En este momento era evidente el motivo de la labor policial, pues se podía divisar gran cantidad de parejas con la vestimenta adecuada para ofrecer al público su interpretación del famoso Carnaval Arequipeño preparándose para batir aquel record Guiness que tratara de superar las 540 parejas danzando al ritmo de un baile tradicional alcanzado en la región Trujillo en Febrero de este mismo año. Optamos por tomar la ruta del pasaje de la Catedral en dirección hacia la calle Mercaderes, que nos llevaría hasta el centro comercial La Gran Via para continuar en linea recta por un par de kilómetros hasta alcanzar el grifo ubicado en una esquina del “Reservorio de Guardia Civil”. El grupo fue llegando de a pocos. Nos encontrábamos en las afueras de la tienda de dicho grifo cuando percibimos que algunos camaradas habían sufrido lo que me gusta llamar una parada del destino o pinchazo limpio. La hora avanzaba, ya eran 9.10 am y nos encontrábamos casi listos para continuar la ruta propuesta: Campo Michell/Yumina. Sorpresivamente recibí la llamada de un compañero del Team Inter quien se encontraba esperando al grupo a la altura del grifo de Sabandia. Mi reacción en ese momento fue alcanzarlo y esperar con él la llegada del resto del equipo. 15 minutos transcurrieron cuando ya me encontraba en Sabandia. Era sorpresivo no ver a nadie del equipo acercándose o arribar en ese punto para continuar hacia Yumina, cuando recibí el aviso de mi amigo Diego Cornejo quien me indicaba que el grupo había tomado otra ruta hacia campo Michell. TODO FUE CONFUSO. Mi imaginación me dio a entender que iban a tomar una ruta alterna para finalmente desembocar en la andenería de Yumina para continuar el paso hacia campo Michell. Inesperadamente 3 ciclistas del team se dirigían hacia nosotros, continuando por la ruta que lleva hacia dicha andenería ancestral. En ese momento optamos por seguir la ruta con ellos, asumiendo que íbamos a encontrar al resto del grupo al final de la escalada en la parte más alta de Yumina. ¡Vaya sorpresa que nos llevamos!
Habiendo alcanzado el punto más alto me pareció muy extraño no ver al resto del team , por lo que hice la consulta a mis compañeros de turno sobre la ruta que estábamos realizando. Ellos me indicaron que no eran parte de esa sesión dominguera pues no traían consigo implementos adecuados para jugar futbol y habían optado por pasear en Yumina en vez de pichanguear con el resto. Me quede anonadado. No podía concebir que habíamos pedaleado cuesta arriba para simplemente chocar con la realidad que nos habíamos equivocado de ruta. Yo y Roger (el amigo con el que me reuní en Sabandia) decidimos tomar una ruta distinta para el descenso. Salió a flote una opción de un camino de piedras, tierra y full naturaleza. El descenso fue hermoso, tuvimos opción de apreciar el fino trabajo de andenería construido por nuestros antecesores Arequipeños a lo cual sonreímos y agradecimos por encontrarnos ahí en ese momento.
Habiendo optado por regresar para encontrarnos con todos en campo Michell tomamos un camino subiendo por Paucarpata a través de la plaza en rumbo al mirador donde dicho campo deportivo se ubicaría. Muy grata fue la sorpresa de ver a todos ya jugando una pichanga, para lo que estábamos preparados y entusiasmados. El juego fue emocionante. Habiendo 4 equipos se logro armar un pequeño campeonato, en el que cada uno de los integrantes gozó y demostró su capacidad dejando todo en la cancha. El terreno era complicado, la altura afectaba nuestros corazones y no falto aquel contratiempo con los balones! El juego duró alrededor de 2 horas. Todos nos encontrábamos cansados y preparados para el fullvaso! Realizamos el descenso hasta la plaza de Paucarpata, donde nuestros compañeros unificaron al equipo y así comenzó el partido chelero. Se compartieron muchas anécdotas entre los presentes, donde tuvimos la oportunidad de conocer más de cada uno. ¡Realmente una experiencia de integración en equipo! El sol alcanzaba su pico más alto, ya era pasado el medio día y todo el team debidamente sazonado se preparaba para regresar a su respectivo hogar. La experiencia de confraternidad y mutuo respeto es algo que resalto de este grupo tan diverso, que al encontrar en sincronía el amor por la bicicleta alcanza un sentimiento de pertenencia en todos nosotros, similar a aquel de una familia unida.