Enero 20: Ruta Exploratoria Yura - La Joya

Tampoco esta vez lo conseguimos, aunque seguiremos insistiendo, no pudimos llegar a la Joya sin perdernos antes.}
Seguramente que para la próxima ocasión tendremos más éxito, pero mientras tanto, sólo queda disfrutar lo vivido. 
Fue una ruta extrema, no tuvimos la suerte de que el clima estuviera nublado, por el contrario, el calor pasó factura y estuvimos a punto de caer en una deshidratación masiva. El motivo fue que sufrimos una cantidad insospechada de pinchaduras, más de 7, y la rotura del eje posterior de una de las bicicletas.
Pero aunque el clima no estuvo de nuestro lado, la suerte sí, pues llegó a apoyarnos el papá de uno de nuestros compañeros en un carro tubular trayéndonos gaseosa fresca y se llevó la bicicleta malograda que por más intentos que hizo Dante para repararla, el asunto no prosperó.
LLegamos a La Joya a las 3.30 pm. dos horas después de lo previsto, pero llegamos. Los últimos estuvimos de regreso en Arequipa a las 9 de la noche, pues nos íbamos embarcando en los buses conforme encontrábamos espacio. Fue una linda experiencia y las fotos son más que elocuentes.

FOTOS PROPORCIONADAS POR WALTER PONCE DEL CASTILLO

The Wapoca's Family, saliendo de casa para la ruta

Esa ladera la tuvimos que bajar cargando las bicis, estaba llena de piedras sueltas y sobre todo, las corotillas alfombraban el suelo y casi todos sufrimos las clavadas de las espinas

Al toque nomás, las pinchaduras no se hicieron esperar

El desierto que teníamos que cruza. Ese punto verde es el techo de lo que será la plaza de otra invasión... para variar....

Ubicándonos, analizando por dónde teníamos que seguir...


Excelente!!! campo agreste puro, aunque algunos motociclistas ya han seguido nuestras inquietudes de años pasados



Fernando, tocando el cielo....

Reagrupándonos al ver que nuevamente teníamos que decidir por dónde ir

Walter, Fernando, Luis Enrique y Miguel Angel, The Wapoca's Family....

El descanso del guerrero, aprovechando que estábamos tratando de reparar el eje roto, para tomar un descanso y comer algo más 

Posando con el Tubular que fue a nuestro rescate


En la parte central izquierda, el puente Quishuarani, paso obligado para llegar a La Joya

Linda vista. Aquí se sentía un aire fresco que aliviaba en algo el calor que sentíamos



En la Plaza de La Joya. Previamente nos habíamos metido a una tienda a comprar todas las aguas que había y ya con la sed saciada, posábamos en la Plaza antes de irnos a almorzar en un restaurante del lugar



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Enero 13: Characato - Yanayaco - Characato

Saludos MTBikers:
Disculpen la demora para hacer algunos comentarios de la ruta del Domingo:.... ¡¡¡13...!!! La ruta del Domingo 13 ha sido corta, emocionante, con caídas, e "intento de asalto" en precios en un restaurante campestre de Characato.

Salimos unos 30 mountains dispuestos a recorrer algunos kilómetros para deshacernos del estrés de la semana, para renovarnos con nuevos aires aunque sea por unas horas. Nos juntamos, como siempre lo hacemos en el grifo de Guardia Civil, quienes vivimos en el Sur y Este de la ciudad para esperar a los que salen de nuestro punto de partida ya clásica: de las puertas del Club Internacional. Partimos raudos eso de las 09: a. m y tantos y el tránsito vehicular ya era como siempre un pandemonium especialmente en esa estrecha avenida Colón, el tramo para llegar al distrito de Sabandía, su única calle angosta principal... ¡Ufff!... ¡De doble vía! Una calle que estuvo diseñada en el antaño solo (antes que llegara el transporte motorizado), para acémilas, ganado y personas. Hoy es un dolor de cabeza para los mismos conductores, pasajeros de esos transportes con motor, para los pobladores del lugar y, por qué no para los bikers que salimos de una ciudad contaminada para respirar algo de aire fresco.

Metimos fibra, pedal a fondo como perseguidos por el mismo don sata hasta llegar al distrito de Characato, en donde descansamos un buen rato para esperar a los rezagados que llegan paulatinamente -yo era uno de ellos- producto de una pequeña juerguilla de la noche anterior - por mi cumple anticipado pues- .... jejejejeje. En la plaza que lucía algo vacío a esas horas de la mañana, bajo los añejas palmas, los ciclistas departían alegremente tertulias, otros comían sus bocadillos preferidos, algunos se rehidrataban de la mejor manera que podían, porque a esas horas hacia una calor sofocante, otros descansaban después de haber pedaleado hasta allí y, en fin, todos queríamos que la mañana no se pasase.

Partimos de la plaza de Characato rumbo al corte que está antes de llegar al puente de Mollebaya, en donde encontramos a varios bikers que ya haban llegado y nos estaban esperando en la cima de la pequeña cuesta. Algunos probamos allí nuestras habilidades de ascenso en bici en esa pequeña cuesta de unos 30 metros, pero como todos queríamos hacerlo en tropel, pues; no lo logramos. Y entre bromas y bromas observamos como los demás tampoco podían subir o sencillamente subían empujando sus cletas para no hacer esfuerzo. De hecho este lugar se llama "Ccaccapata" que significa: en la cima del acantilado o de una gran roca.

Avanzamos por un sendero aún en su estado natural, unos 300 metros para llegar a una vía asfaltada. A unos cuantos metros más adelante la vía se bifurca, uno que llega directo al balneario del ojo del milagro y otro que va por Buena Vista, Yanayaco también para llegar a dicho recinto. Nosotros tomamos la pista que va Yanayaco, pasando por Buena vista; una pequeña planicie de campiña verde, en donde un jamelgo nos recibe con su característico relincho. La vista desde allí es acogedora, la tranquilidad aun reina por estos lares, pero será seguramente por poco tiempo, porque el llamado desarrollo está llegando de manera rápida y con ello la "siembra" de cemento y ladrillo está a la vuelta de la esquina y el encanto de siglos de verdor, irrigado por las aguas de ese manantial llamado: ojo del milagro se habrá perdido para siempre.

Yanayaco, que en el idioma nativo significa "agua negra" es un poblado de unas 30 a 40 casas (hasta ahora), posiblemente empezará a crecer en los próximos años. Pasamos de largo dicho poblado, para luego detenernos en las inmediaciones de un estadio de futbol y un riachuelo seco para esperar a los demás. Al observar a ambos costados de la pista se puede ver que están empezando las construcciones de viviendas, lo que antes eran corrales de ganado. Al fondo se mira un camino que sube una cuesta, para luego perderse en la cima, ese camino alguna vez la hicimos. Todo era subida, pedregoso, zanjas por aquí y allá por lo que muchos que fueron a esa ruta mascullaban con mal humor mi pobre nombre. Subida, cuesta tras cuesta que no se acababan ¿Se acuerdan? Les expliqué que no era el camino por allí, sino por otro lado.

Luego de pedalear por la pista, continuamos por camino trocha hasta llegar al comienzo de la rinconada. Allí estuvimos a las once de la mañana aproximadamente, lo cual era temprano para venirse de regreso; por tanto decidimos subir unos 3 km. más al fondo. Mientras algunos bikers decidieron quedarse, regresarse o seguir adelante,... pues ... ¡Seguimos adelante! Avanzamos por un camino ancho, para luego llegar a lecho de un rio seco en donde esperamos a los demás que iban llegando. Unas fotos de rigor, luego seguimos por un caminito hasta llegar otra vez al lecho del mismo río seco, pero más arriba en donde Gerald y Elber se subieron para tomarse unas fotos a una roca que estaba sobre otra roca. No sé cómo han subido ellos a tal roca, pero yo con tantos años yendo nunca he podido hacerlo.

Llegamos a ese lugar 13 cleteros en un dia Domingo 13, algunos que nos seguían se regresaron, por más que les silbamos para que continúen pero nada. De regreso nuestro amigo Pedro quería estar adelante, así que le dimos la posta y se mandó "forrado" y del "pepa" ni un ped...al...jajajajaja. Al parecer a nuestro amigo Pedrito le está llegando su segunda juventud, mientras a algunos jóvenes (aún) nos está llegando la vejez. Gonzalo que estaba sin casco, él venía delante mío cuando se sale del camino, pero supo dominarlo la bici y más adelante venía Jaime que se da su primera caída -según él- por culpa de una piedra, unos 100 metros más adelante otra caída menos mal sin mayores consecuencias, sólo el orgullo herido y el trasero adolorido. Bueno esto es por algo de falta de técnica para bajar, conocimiento del terreno, duda al último instante o exceso de confianza -a mi- me pasa lo último por lo que soy algo "quedado" en los descensos.

Así llegamos hasta donde los demás se quedaron, algunos ya no estaban. En un pequeño tramo hicimos un "corte" por lo que no vimos el accidente de Vannesa, cuando llegan al lugar donde estuvimos nos percatamos que la muñeca de la mano izquierda, una parte entre el dedo pulgar e índice estaban hinchadas, noté que estaba algo temblorosa; pero la herida de la rodilla no nos percatamos. Ella estoicamente aguantaba el dolor, se veía en su expresión. Menos mal que el lugar de la caída era en terreno plano y no en una bajada, aunque ese tipo de caídas duelen más. Le indicamos que se fueran directo hasta Characato por el camino más fácil, porque nosotros nos íbamos por el ojo del milagro lo cual era más lejos y un tanto tortuoso el camino.

Nos encontramos en la plaza de Characato una buena cantidad de ciclistas, entre ellos estaba por supuesto Jorge y Vanessa y así que nos disponemos a ir a tomarnos unas negritas y comer algo al restaurante. Llegamos, estacionamos nuestras bicis como pudimos, juntamos las mesas redondas, las sombrillas que pesaban un montón, los encargados nos presentan la carta de comidas y bebidas.... ¡¡Oh sorpresa!! para nuestros bolsillos: las negritas... ¡8 luquitas!, choclito con queso... ¡9 luquillas! era para caerse de cerebro, por lo que abandonamos más rápido que inmediatamente el local.

Terminamos en el "Iraní" nomás, pues, de la calle colon, había poca gente allí y ahí es donde le ponemos el apodo a nuestra amiga Vanessa como: "virgen de las caídas", pues en este día de su primera salida había tenido 6. Así de rápido son estos muchachos para concederle un apodo a uno.

Alli nos tomamos unas negritas de rigor, que también estaban igual el precio y así que ni hablar pues.

Saludos.
Felix

LOS VIDEOS QUE MOSTRAMOS A CONTINUACION SON POR GENTILEZA DE NUESTRO AMIGO Y COMPAÑERO VICTOR BERNEDO.



















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Enero 06: Los Bordos

Empezamos el año de una manera muy diferente, muy especial..

Habíamos decidido iniciar con una ruta corta, de unos 35 Km, para ir afinando el cuerpo luego de las últimas fiestas. Teníamos previsto ir por los Bordes de las acequias de Sachaca, bajar hasta el Huayco, subir luego por Los Tunales y regresarnos por Huaranguillo. Pero el día sábado nos dieron la noticia de que un compañero de aventuras y amigo nuestro había fallecido. Jimmy Cuadros nos había dejado.

Decidimos acortar la ruta con la finalidad de ir al cementerio a esperar el sepelio. De los bordos nos fuimos hasta San José de Tiabaya y de allí nos regresamos para alcanzar la Vía de Evitamiento.





En el cementerio

  


Adiós amigo Jimmy....


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Diciembre 28 y 29: La Punta de Bombón

La Punta de Bombón... playa... sol... Y pasamos un excelente fin de semana. Claro, no fue fácil porque nos costó llegar, pero lo hicimos y en esta oportunidad fuimos 22 ciclistas entre los cuales participaron 3 chicas: Andrea, Grenny y Cecilia, con mucho éxito.
Esto es lo que nos cuenta nuestro "Narrador de Cuentos":

RELATO DE WALTER AMESQUITA
Sin ser muy cachoso, esta salida fue así: una salida más para nosotros. Mentira, bien que nos ha costado llegar al punto. La ruta es una de las más exigentes de nuestro calendario e infaltable en la programación. Los que vamos, lo hacemos porque podemos (tenemos tiempo, físico y posibilidades; pero los que no, no será porque no pueden físicamente, sino por problemas personales que los tenemos que aceptar y comprender).
La salida fue casi a la hora. Lo hicimos en fila india como se manda para evitar situaciones de riesgo. Así es como llegamos a Uchumayo (será río de ají-en quechua- u 8 de mayo mal pronunciado-pòr la fecha de la batalla que se dio en este lugar?). Hicimos algunas compras para reponer el físico que ya se va gastando. Rápidamente proseguimos y después de la subida hasta el puente del ferrocarril (frente a la base que será del Dakar) empezamos a trepar la subida del 23.
Llegamos y tras una breve parada, acometimos la bajada  hasta llegar al 48, en donde esquivando la balanza llegamos al devío hacia Mollendo. Tampoco paramos aquí y seguimos rumbo a San José. No sé por qué, pero me pareció cerquísima la distancia, y no como otras veces en que no llegaba y no llegaba. Bueno, ya estábamos en San José. Aquí sí se merece un buen descanso: a reponer fuerzas con un combatito, frutas, líquido y descanso. Ah, me olvidaba que el papá de Andrea traía en su roca nuestras mochilas. Eso fue un tremendo alivio de peso.
Arrancaron la ruta hacia la base de La Joya, Grenny y Cecilia (una chica muy buena en todos los sentidos positivos de la palabra) y nunca las vimos hasta que llegamos al Fiscal. La pregunta que muchos se hicieron fue: ¿Cuánto les habrán cobrado la jalada? No creo que haya sido así. La verdad, monda y lironda, es que jalan y tienen físico.
Arrancamos nuevamente rumbo a la base. Mi temor eran los calambres que siempre me acompañan pero que hasta ese momento no aparecían. Hicimos un equipo para ir a un solo ritmo sostenido y constante, cortando en fila el viento. Pero el problema era que, cuando Juan Carlos (Barbitas) se ponía muy pomposamente a cortar el viento, no sentíamos nada porque, "robusto" como es, qué podía cortar. Llegamos a la base y tras un descanso, nuevamente al pedaleo. Desde aquí, la cosa ya es de mayores proporciones por que sólo se ve a lo lejos, la pista que parece una cinta negra extendida en el inclemente arenal. Lo bueno que estaba un poco nublado y eso nos permitía avanzar más o menos frescos. Así es como llegamos a lo que fue estación del ferrocarril. Inmediatamente empieza una subida y dos tramos larguísimos en donde se puede ver en el horizonte como se pierde uno a uno. La técnica del corte del viento funcionó muy bien, porque nuestro equipo siguió y siguió. En el trayecto unos nos pasaban y nosotros hacíamos lo mismo con otros.
Finalmente arribamos al desvío de Cachendo, en donde Miguel estaba intentando bajar hacia Cocachacra, previa información arrancada a unos policías que estaban por ahí. Trató de animarme a seguir esa ruta, pero, cautamente, lo rechacé por eso de: "Más vale lo viejo conocido que lo nuevo por conocer". Nos reagrupamos al inicio de la bajada a los túneles y soltamos los frenos y, libres al viento, bajamos a toda velo. A mitad de la bajada empiezan a darme los calambres, sería porque bajaba encogido o agazapado para evitar el viento. Los dolores en la pantorrilla, en los muslos, en los meniscos eran insoportables. Pero fue mejor sentirlos aquí y no en la pampa. Todo maltrecho llegué al restaurante junto con Andrea y Gerald.
Ya la gente estaba instalada en las mesas y el ambiente era de fiesta. Mientras llegaban los pedidos culinarios, Jorge se mandó con unas negras, que las puso en agradecimiento a los patas que le ayudaron a parchar (que fueron varias veces).
Al rato llegaron los potajes, al cual mejor en precios, cantidades, sabores, presentaciones; coloridos, sabores, pomposos y humildes (como el arroz con huevo). Le dimos buen fin al combo, una regadita con gaseosa y una pequeña sobremesa.
Lo que nos dejó un poco sorprendidos fue que, a un costado estaban una monjas dándose un atracón con unos platos caros y de los mejores de la carta. No recuerdo quién dijo: "Que ellas comían en nombre de Dios". Son cosas que a veces se presentan.
Con la panza llena, seguimos la ruta río abajo, pasando por Chucarapi,  flanqueados por las plantaciones de la caña de azúcar que refrescan el ambiente.Nuestro siguiente arribo fue Cocachacra, a la que pasamos sin parar y así llegamos al desvío que va a Mejía y La Punta. Algunos se refrescaron con unas tajadas rojas y jugosas de sandía y después de  esperar a Fermín, nuevamente  hacia el puente y de allí hacia el pueblo.
El primer paso fue conseguir los pasajes de vuelta. Felizmente había cupo para todos. Luego el hospedaje, que para suerte nuestra, el dueño del hotel estaba cerca a nosotros. Conversamos y ya teníamos cuartos. Nos instalamos, dejamos las cosas y a la playa. Como muchos ya conoce, la llegada a la playa se hace por una ruta fresca, recta y flanqueada por árboles que mecen sus copas como queriéndonos saludar o darnos la bienvenida. El ambiente está nublado y un poco frío. Aún así nos bañamos y sentimos como el agua refrescaba nuestros calenturientos y cansados cuerpos. Rematamos la jornada con unas chelitas. Aquí quiero hacer un aparte: después de bañarnos y ya para salir, Alonso muy orondamente nos dice que él saldría con la ola más grande nadando. Bueno pues, la mencionada ola apareció, llegó retumbando y le da un revolcón al tiburón, que salió, sí, pero gataeando y revolcado. Alonsín, no estabas en tu tarde.
Cuando el sanguinolento sol se adentraba en las coloridas aguas marinas, como enterrando su globular cuerpo en una fosa líquida, algunas aves solitarias trazaban sus arabescos vuelos sobre nosostros, como posando para las fotos. Antes de que la oscuridad fuera total, decidimos regresar al pueblo. Después de un aseo, salimos en busca de un lugar donde poder comer. Unos se dirigieron por un lado y otros, por otro. Al final todos lograron su propósito. Nos reunimos en la plaza de armas en donde han armado un nacimiento con la iglesia matriz en miniatura. Muy bonita la estampa. Se destaparon algunos vinos y se brindó por el éxito de la ruta.
Después de varias botellas vacías, cada quien regresó a la posada a dormir en los brazos de Morfeo.
El despertar del día siguiente fue cansado y adolorido. Cuando ya estábamos listos fuimos a desayunar. Nos ofrecieron un caldo de pollo levanta muertos, ceviche, jugos, etc. Cada quien con su gusto, se mandó el papeo.
Regresamos al hotel y luego, unos al Cristo Blanco y después a BomBon y otros a la playa. El viaje a BomBon es por medio de una pista que a lo largo de su extensión, está acompañada de vegetación hasta llegar al pueblo de Catas. De aquí se sigue una pequeña senda y se llega a la playa. Bordeándola se llega al estuario, lugar donde el río Tambo, ese que pasa por el puente cerca del restaurante en el Fiscal, ese mismo ingresa al mar.E n esta oportunidad lo hace muy suavemente, porque todavía no llueve en la sierra. El lugar muestra una paz tremenda y en las calmas aguas, se encuentran descansando aves de todo tipo, a saber: pelícanos, pericas, gaviotas, garzas blancas, patos serranos, huerequeques, para mí, que también, habían tijeretas (eran los negros) y otras aves, a las que no podía reconocer por mis primitivos conocimientos ornitológicos.
Nuestra estancia aquí fue de los más placentera: a Hans lo obligaron a entrar en el río zapatos y todo, Jorge y Vannesa ingresaron al medio del lecho del río e hicieron una jornada de fotografía al lugar, Hans y Miguel, por su parte se dedicaron a capturar a un desubicado cangrejo rojo, hecho que lo consiguieron. Los demás admirábamos el placentero lugar, refugio de aves autóctonas y extranjeras.
Después de esta experiencia en la naturaleza virgen, iniciamos el retorno a Catas. Aquí encontramos un lugar muy ameno, acogedor y sobre todo fresco. Nos instalamos y viene a atendernos Carla, una chica lugareña muy pizpireta que inmediatamente nos atendió. Aquí daba gusto ver a los galanes de turno, como en sus mejores jornadas-ya pasadas por supuesto- apelar a sus mejores palabras, a sus más secretos piropos, a sus artes galanescas. Pero la chica en mención, impávida ella, estaba hecha a la guerra romántica. El guerrero más calificado para lograr tomar ese fuerte, era Javier; pero no hacía ni decía nada. Todos eran los más afanosos para que la conquista se dé, pero, nada.S eguía el plan de ablandamiento de la fortaleza a tomar con iguales consecuencias. Pero fue tanto el asedio que, el núbil (así lo presentaron a la damisela) bisoño guerrero, ante tanta insistencia, aceptó tímidamente asaltar el fuerte, hecho que lo consiguió pero con la ayuda de la misma Carlita, quien le dió una manito, para que corone con éxito su empresa. Circularon correos electrónicos y con un beso, como signo de rendición de la damisela, nos despedimos del lugar, no sin antes, adquirir los ricos alfajores de coco o manjar blanco. Nuevamente viene a mí otro olvido: Vannesa nos acompañó y fue testigo de excepción de lo que aquí ocurrió.
Regresamos y entramos BomBon. Unas fotos en la iglesia y a partir de nuevo. Aquí nuevamente se le baja la llanta a Jorge.
Ya estábamos en el hotel. Cambio de indumentaria propia para la playa y rumbo a ella. Aquí ya estaban ubicados desde la mañana, los que no nos acompañaron;pero que se perdieron esa jornada tan placentera. Desde este momento hasta la hora de regresar para abordar el bus, fue relajo, descanso, baño, juegos de cartas y etc. Cuando ya se acercaba la hora para el regreso, dijimos adios al mar y nos dirigimos al pueblo. Una vez llegados, nos aseamos y salimos tranquilamente hacia la empresa. La situación se nos presentó como anillo al dedo: había un ómnibus que estaba a punto de salir y vacío y se dio la oportunidad de poder viajar adelantando la hora. Fue así que cuatro pioneros se embarcaron con lo que aliviaron el cupo para nuestras biclas en el siguiente viaje. Llegó  nuestro turno y a embarcar. En ese momento el ayudante nos dice que las bicis no pueden ser embarcadas porque no hay espacio en la bodega. La misma discución de siempre: pero nos han vendido el pasaje con las bicicletas más. Que no, dónde van a ir. Pero siempre las llevamos desarmadas. Que las llantas salen al toque. Pero el tiempo de salida ya se acerca. No importa, lo hacemos rápido. Así, hasta que sale la famosa filípica:s i pagan, puede ser. Cuando ratificamos que si vamos a pagar, San Ayudante, hace el milagro y nos dice las consoladoras palabras: entonces creo que si hay sitio o en  todo caso, nos acomodamos, pero nadie se queda. Qué les parece. La ley de la oferta y la demanda.
El viaje de retorno un poco intranquilo. ¿Motivos? cansancio, dolor del cuerpo, somnolencia, calor, sudor, audio del video "Caballo de guerra" (que dicho sea de paso es una bonita película). Con todo,  llegamos a nuestra tierra y al pisar el pavimento del terminal,las también infaltables palabras: "de nuevo a la realidad". Rápidamente a pagar por las bicicletas, porque San Ayudante estaba ahí, plantado y dudando del pago porque me dice que de repente nos vamos (seguramente con las bicicletas desarmadas, ¿no?). Salimos fuera del terminal y cada uno a su casa y de la mejor manera que pueda. Así es como dimos por terminada la jornada a La Punta.

FOTOS DE EDSON FEBRES


En San José


Una de las tantas pinchaduras que sufrió el colombiano


Terminó la pampa.... aahhhh! Y ahora bajas al Fiscal que nos espera el riquísimo Lomo  a lo Pobre....



Después de dejar el pueblito de Santa María, nos dirijimos a La Punta 

Para disfrutar.... y estuvimos allí....

 Ellas también.... 

En la mañana del domingo. A los pies del Cristo Blanco.

 La punta de Bombón vista desde las faldas del Cristo Blanco. al fondo el impresionante océano Pacífico 

En la iglesia de Catas



Xavi señala la ola que viene desde el mar y que sobrepasa el agua que baja del río

Vanessa, novia de Jorge, el colombiano

Y nuestras novias.....








Mira!.. ese es un pelícano posero. 
Muy confiado se acercaba a nosotros para que le tomáramos fotos


 

Con Carlita

En la iglesia de Bombón


FOTOS DE DAVID MENDOZA


Andreita















Grenny y Cecilia






Juan Carlos Grados, conocido como Barbitas....


Noche del sábado en la Plaza de La Punta, tomando algunas botellas de vino








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Ruta: Represa de Uzuña

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