Hay algo esencial que mueve a los ciclistas integrantes del Team Inter y es el espíritu de aventura. Hay muchos que han pasado por el Team y no se han quedado porque prefieren algo más fácil, sencillo, que no les implique mayor esfuerzo ni sacrificio.
Muchos nos hemos quedado, aún cuando han tocado domingos con rutas duras, de mucho esfuerzo y hemos tenido que echar la bicicleta al hombro para alcanzar algún punto. Aún cuando hemos tenido que pedalear a 4,950 m.s.n.m., en rutas extremas, para alcanzar un sueño, una meta, un objetivo. Y es con este tipo de gente que el próximo año 2014, el Team Inter va a cumplir 30 años de existencia.
Muchos seguirán pasando por el grupo, se quejarán y se irán, pero muchos más se quedarán y seguirán haciendo historia.
Walter Ponce tenía un sueño, hacer el Valle de los Volcanes en bicicleta y el pasado fin de semana, en Fiestas Patrias, mientras la mayoría del Team buscábamos una ruta nueva aquí en Arequipa, él y sus hijos de 14 y 16 años, acompañados de Fernando, Walter y David, tocaron el cielo de sus sueños haciendo realidad la ruta del "Valle de los Volcanes".
Mis felicitaciones a todos ellos.
Jaime Virrueta
Mis felicitaciones a todos ellos.
Jaime Virrueta
CRONICA DE WALTER PONCE DEL CASTILLO
Amigos Ciclistas:
El viernes 26 de Julio a las cuatro de la tarde un grupo de ciclistas del Team Inter partió a la travesía del valle de los Volcanes. Partimos sólo 6 ciclistas a realizar una de las rutas más extremas de la región Arequipa, y razones para llamarla así sobran…, ya que desde que llegamos en la madrugada se hizo sentir el frio infernal.
Llegamos a eso de las 2:30 de la madrugada y nos instalamos el Hotel Trébol, donde pasamos a descansar unas horas.Al día siguiente, después de armar nuestras bicicletas, nos entrevistamos con el Arquitecto Jorge Bernedo, quien es el Jefe del Proyecto de GEA en el Valle de los Volcanes. Logrando establecer algunos contactos para futuras rutas al valle de los Volcanes, es justamente aquí donde tuvimos todo el apoyo logístico para realizar las visitas a los lugares turísticos de Andagua.
Conseguimos algunos mapas y alguna información importante, para luego partir con rumbo a los volcancillos mellizos, donde logramos subir con nuestras bicicletas y gozar de un espectáculo maravilloso. Luego de las fotos de rigor realizamos un descenso muy entretenido hasta la carretera donde realizamos un pequeño descanso.
La siguiente ruta en Andagua fue hacia la laguna de Pumajallo, se desciende por una trocha entre los andenes… es toda una belleza natural, todo el camino es súper entretenido ya que hay variedad de paisajes con el marco de fondo de los volcancillos. Después de casi hora y media de descender llegamos al fondo de la quebrada donde se encuentra la laguna, es un espectáculo totalmente diferente, el mismo clima se siente que cambia. Caminamos por unos arenales, los cuales nos indica lo inmensa que era la laguna hace algunos años atrás, antes que se destruya parte de la represa natural. Cuando llegamos a sus aguas, algunos nos dedicamos a pasear, otros a pescar y otros 2 angelitos no resistieron la tentación de meterse al agua y darse su chapuzón.
Después de una hora de permanencia en esta hermosa laguna de Pumajallo, iniciamos el retorno hacia el poblado de Andagua. Partimos a eso de las 3:30 de la tarde, la subida se hace interminable, demoramos como dos horas en llegar al poblado, llegamos sedientos y hambrientos a la plaza donde dejamos encargado nuestro tallarín con pollo. Luego de servirnos nuestros alimentos regresamos al hotel a realizar el aseo personal correspondiente, para luego salir por la noche a pasear un poco y visitar las oficinas de GEA, donde nos prometieron mostrar unos videos de un Festival de Aventura realizado en el 2009 por la Municipalidad de Orcopampa.
Fueron como seis los videos que vimos esa noche, y después de comentarlos, y ver las posibilidades futuras, regresamos a descansar al hotel, ya que al día siguiente nos espera una ruta adrenalínica.
El domingo 28 nos levantamos a la seis de la mañana a preparar las bicicletas y preparar las mochilas para abandonar el Hotel y dirigirnos a desayunar, ya que el Alcalde nos prometió apoyarnos con una camioneta. Al no llegar dicha camioneta, decidimos contratar a un camioncito de un comerciante de la plaza, quien muy gentil accedió acomodar las biciletas sobre su mercadería. Después de una hora de espera, al fin partimos hacia la apacheta, la cual queda ubicada a 4,926 msnm, al bajar en ese punto se siente un frio gélido, nadie se anima a quitarse el abrigo… al contrario, algunos se abrigaron especialmente las manos.
Después de las fotos de rigor, empezamos el descenso, el cual nos hace recordar a la vuelta de Chachani, por la ubicación del Coropuna, el cual me hace sentir un poco nostálgico ya que en Octubre del 2004 lo escalé hasta llegar a su cumbre más alta a 6,425 msnm.
Pasan las horas y el descenso se hace notar, la vista del Coropuna es más amplia, se pueden ver ahora sus dos cumbres muy nítidamente, aprovechamos para tomarnos unas fotos con la poca nieve del camino, motivo para hacer bolitas y jugar un poco. Después de dos horas más o menos llegamos a una zona que me hace recordar también el cruce de Aguada Blanca, desde este punto se puede ver Machahuay y Viraco y al fondo todo el Valle de Majes, la vista desde este punto es maravillosa, aprovechamos para quitarnos una buena cantidad de abrigo, y empezar un descenso descomunal, el cual nos dejaría sin aliento, sin brazos, espalda etc. Y es que es interminable, pero a medida que bajas los paisajes entretienen nuestra vista, por momentos preferíamos disfrutar ese regalo de la naturaleza.
Creo que el hambre y la sed era mitigada por esos momentos tan agradables en todo el descenso, es parecida a la bajada de Toro en Cotahuasi, pero la diferencia es que aquí los paisajes son el doble de bellos. Llegamos a Viraco a eso de las 2.30 de la Tarde, y en la primera placita nos recibió un señor muy atentamente con una gaseosa, la cual cayó de perilla, ya estábamos sedientos. Después de calmar nuestra sed, nos pusimos a conversar con los vecinos de Viraco, quienes nos invitaban a las corridas de Toros por la tarde. Bueno nos estaba en nuestros planes quedarnos, pero a tan gentil invitación, accedimos quedarnos para lo cual preguntamos por Hotel y alimentos, encontrando a la señora Julia Amésquita, una vecina que prepara los domingos platos típicos…algunos tomaron su caldo blanco y otros su plato de cuy.
Después de alimentarnos bajamos a la plaza de toros a ver de que se trataba el espectáculo esa tarde, donde los aficionados capean a las vacas demostrando sus habilidades toriles. Pasamos una tarde entretenida, viendo las costumbres de este Distrito de Viraco. Luego de esto nos traslados al Hotel para descansar ya que al día siguiente nos espera la tercera y más larga jornada.
El día 29 de julio nos levantamos muy temprano a alistar las bicicletas, revisar cuantas llantas estaban en el suelo, por lo menos la mía ya sabía que me abandono el día anterior. Todos listos, y bien desayunados con un potente plato de avena acompañado por el rico pan de Viraco, partimos rumbo hacia Aplao, son más de 78 Km los que se tienen que descender y eso nos pone un poco nerviosos, no sabiendo cuanto nos demandaría hacer este recorrido.
Al inicio con el marco del Coropuna al fondo, tenemos hermosas vistas para nuestras fotografías… pero a medida que pasan las horas el terreno cambia un poco, se hace presente un valle más tropical, al pasar Tagre y Tipan los árboles frutales y los paltos en especial nos llaman la atención. En esta zona hay bastantes caseríos, haciendo que nuestro descenso sea muy entretenido. Justo en uno de estos lugares un tanto exóticos, realizamos un descanso para reponer un tanto las energías. El lugar parecía sacado de un cuento, qué tranquilidad, al fondo el sonido del rio… aquí uno puede disfrutar a plenitud los sonidos de la naturaleza, qué hermoso momento el que pasmos en este lugar, justamente en la que fue casa de los abuelos de Fernando.
Desde este punto los caseríos desaparecen y la vista del Coropuna también, a medida que descendemos la vegetación se hace escasa hasta terminar en un lugar desolado e inóspito. Bueno, esto nos hace recordar el tramo entre lluta y el Pedregal… ya se imaginan lo seco del clima. Pedaleamos como dos horas hasta alcanzar la pista asfaltada, para esto ya era las 12:30 y estábamos sedientos, nuestra meta era alcanzar el cruce de la carretera de Chuquibamba, pero tuvimos que parar antes para recargar baterías.
Desde aquí es lejos todavía, nos faltaban unos 30 Km. por recorrer, y ya sentíamos los estragos de tres días pedaleando, se imaginan como estaba mi hijo Miguel Ángel… en algún momento pensé subirlo a una combi, pero como es el orgullo del pedalero, no aceptó y hasta las últimas consecuencias. Desde aquí me quedé rezagado con mi hijo dando el aliento respectivo, la cosa es que a las 3:30 pasamos por el famoso cruce, gran indicador de que la meta está cada vez más cerca.
Los últimos llegamos a la localidad Aplao a las cuatro de la tarde, cumpliendo así uno de los retos propuestos hace un par de años atrás. La travesía al Valle de los Volcanes, es una delas rutas extremas para el ciclismo de montaña…espero que disfruten las fotografías y videos que mostramos en esta oportunidad.
Saludos
WAPOCA
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