Crónica de David Mendoza:
Amanecemos muy temprano como lo habíamos previsto, las luces el día anterior se apagaron temprano. Hay un programa recargado hoy, con el adicional de tener que pedalear de subida a Sipia. Yo estaba despierto desde la 1 de la madrugada pero termine levantándome a las 4, aliste mis cosas como todos, a las 5 am estaba servido el desayuno, una bebida de kiwicha con leche deliciosa que la mayoría repitió. De inmediato a cargar nuestras mochilas, en mi caso muy cargado porque subí a Velinga con todas mis cosas y aumente algunas compras hechas el día anterior, nos despedimos de este hermoso pueblito tan acogedor y de don Ignacio y su familia que nos trataron como parte de ella.
Todo lo que sube baja, y para llegar a Velinga se tiene que caminar una ladera súper empinada, yo particularmente sufro más en las bajadas, los golpes en las rodillas son terribles, por otro lado el paisaje apenas alumbrado por los primeros rayos solares hacen demasiado agradable el ambiente, no todos los días se camina por el cañón más profundo del mundo, el paisaje desde lo alto más allá de las callecitas de piedra y adobe es espectacular.
Cerca a las 6 estamos en la casa del gobernador de Velinga donde guardamos nuestras bicicletas el día anterior, de inmediato las alistamos, subimos el exceso de equipaje a una de las camionetas de apoyo que nos brindó el SERNAMP, nuestros anfitriones preocupados como siempre por nuestro bienestar nos proveen de agua y después de contar que todos estemos listos partimos. Nos toca afrontar una dura subida, una motocicleta nos abre paso en ella van nuestros amigos del SERNAMP, como dije antes ocupándose hasta en el último detalle por nuestro bienestar.
Subimos a buen ritmo, yo voy detrás de Yerald, algunos obligados por la gran pendiente se ven obligados a caminar, pero a mi esta es la parte que me gusta, y calmado voy afrontando cada cuesta hasta llegar al bosque de cactus donde hacemos el primer reagrupamiento, hoy todos amanecieron con mucha fuerza, rafita y Berenice son los últimos en llegar pero apenas un poco retrasados.
Todo lugar a donde mires se presta para una fotografía genial, y en medio de ese bosque de cactus uno se siente pequeño. Seguimos subiendo, el carro que nos llevará a Charcana solo nos esperará de 9 a 10 y como no podemos calcular la distancia ni cuanto demoraremos tenemos que apurar el paso para no ser absorbidos por la hora. Después de otra larga subida llegamos al punto más alto de esta pequeña ruta de Velinga a Sipia, ya están Yerald y Potter, pero hay quienes están retrasados, así que nuestro amigo de la moto que no recuerdo su nombre decide ayudar y va trayendo de uno en uno (semejante trabajo) a don Lucho, Donaty, y Rafael que llego renegando porque él quería pedalear, Y en la camioneta Berenice, todos esos minutos que ganamos los agradeceríamos de sobremanera más tarde. Desde este punto casi todo es bajada, así que todos toman sus bicicletas y nos reunimos en Sipia, sorpresa le hemos ganado al transporte son 8:20 así que decidimos seguir avanzando, al final interceptamos nuestro transporte en el puente de Sipia, en total cerca de 18 km con mucha subida. En el puente de Sipia nos encontramos con el señor Motta del grupo GEA y el resto del equipo organizador, ya con dos camionetas y la combi que nos llevaría a Charcana, Dante y Potter (subcoordinadores de la ruta) se dan el trabajaso como lo hicieron durante todo el viaje de sujetar las bicicletas sobre la combi, nos dan unos platanitos para recuperar y de inmediato hacia Charcana, aliviados porque estamos aun con el tiempo a nuestro favor. Yo me subo a una de las camionetas del SERNAMP, el resto del grupo en la combi, el camino es espectacular, dos horas de viaje para llegar a Charcana, mucho polvo, por el cansancio yo me quedo dormido. De repente siento el frio, hemos subido de 2145msnm a 3400 de la plaza de Charcana, algo que me llamó la atención fue un partido de futbol a la entrada del pueblo, con dos equipos perfectamente equipados, en medio del monte, y las personas que llegaban a espectar o continuar con el campeonato montando a caballo con chimpunes y sus ataditos con llicllas en su espalda.
En Charcana nos encontramos con el comisario y las personas de la plaza, un grupo de señoras que nos hablan de su Apu Ccaisampo (según el comisario cuida a las mujeres, según Rafael las cuida de la policía jajaja), además de un gracioso pequeño que saluda a todos como tío, y que no paraba de preguntar cosas. Después de descargar las bicicletas (nuevamente Dante y Potter) avituallarnos y tomar algo de vino invitado por nuestros anfitriones, unas fotos rápidas en la plaza y partimos previo disparo del señor comisario para dar la partida (curiosa forma de arrancar, todos nos tapamos los oídos, y nadie arrancó).
Partimos hacia Allancay, esta vez nos acompañan dos muchachos del lugar con bicicletas rígidas algo destartaladas, gracias a ellos lo que era ciclo turismo se convierte en una competencia. Bajamos rápido hasta el cruce de la carretera principal con la bajada de Allancay, la gente en las calles de Charcana y la salida del pueblo nos aplaude y alienta, reagrupamiento en el cruce, el amigo de la moto del SERNAMP nos advierte de lo peligroso de la pendiente, las curvas cerradas, y el terreno arenoso. Yerald adelanta junto con la moto, una para hacer fotos y Yerald para investigar un corte que se veía espectacular desde la cima de la carretera, que al final varios hicieron.
La bajada es espectacular como lo prometía, todos en tropel bajamos disfrutando de la adrenalina y del paisaje inigualable que nos rodea. El tiempo que habían previsto para la bajada nuestros amigos organizadores quedo holgado, todos hicieron la bajada muy rápido, incluso Berenice que sentía algo de temor a la altura (tuvo dos caídas nada graves, otros igual). Nos reagrupamos a la entrada del pueblo. Ahí escuchamos a cada uno emocionado el relato de la bajada, y o sorpresa, los muchachos locales que convirtieron en una competencia esta bajada llegaron segundo y tercero solo superados por Dante (felizmente vino para defender el honor del TEAM jajaja).
Ingresamos a Allancay en conjunto detrás de la moto, creo todos estarán de acuerdo conmigo, fue el mejor recibimiento que hemos vivido. A poco de ingresar al pueblo la campana sonaba anunciando nuestra llegada, las callecitas angostas adornadas para la ocasión, y la gente apostada a los lados aplaudiéndonos y recibiéndonos con alegría hasta llegar a la placita donde hicieron un arco lleno de frutas señalando la llegada, el arco adornado y danzando el balletero (esta danza necesita un relato aparte). Lo primero, nos llenan de abrazos y felicitaciones y reclaman ver al que ha llegado primero, “el ganador”, Dante sale y le regalan un ramo de flores muy bonito, y lo declaran como el campeón, todas la personas quieren tomarse una foto con él, sobre todo las chicas que quieren saber si es el primero en todo y le declaran su amor; Dante prefiere tomarse la foto con los señores de la danza, curiosa elección jajaja, el buen Dante no cabía en su cuerpo de felicidad, igual todo el grupo. Rápidamente se hace una ceremonia de recibimiento además de tratar de conocer el lugar, su iglesia muy modesta pero que también llama la atención, las construcciones algo olvidadas pero igual imposible pasarlas desapercibidas; las atenciones que tuvieron con nosotros son inigualables, nos sirvieron vino muy rico, chicha de todos los colores, chimbango. Nos invitan frutos secos y frescos.
El paisaje, el ambiente, todo es tan extraordinario, rodeado de inmensas montañas que te hacen sentir tan insignificante y a la vez tan afortunado, Dante se va a dar un vuelta por el pueblo, después me contaría que apenas a una cuadra se veía todo el cañón desde arriba, y las tres caídas de la catarata de Sipia, imagen que no puedes ver desde otro lugar. Aprovechamos un pequeño break mientras preparan un pasacalle y la comida para acomodar las bicicletas en el transporte. Cuando regresamos nos presentan danzas muy bonitas, demostraciones de hilado y tejido. Un discurso emocionado del Señor Motta que me hace apreciar el momento importante que estamos viviendo, Allancay y toda la Reserva del Cotahuasi está descubriendo nuevamente la importancia de su cultura su diversidad y su riqueza en todos los sentidos, esa riqueza espiritual que compartieron con nosotros abriéndonos sus corazones, el conocer a personas tan transparentes me hace demasiado feliz.
Nos sirven un delicioso plato de trigo con asado y unos bollitos deliciosos que con miel serian aún más geniales, todo esto acompañado de danzas y alegría, nuevamente se lucen los balleteros con sus bastones de troncos tallados representando a unos ancianos que le cantan a una dama para conquistarla, la misma dama que según la historia los atiende pues son viajeros lejanos como nosotros, y le juegan bromas, además los acompañan sus burritos y mulas que hacen sonar una campana amarrada en el cuello.
Después de otra pequeña ceremonia, nosotros los ciclistas hicimos una pequeña colecta de obsequios los cuales entregamos a los muchachos locales que nos acompañaron en la ruta, los cuales con mucha menos tecnología hicieron una bajada digna de un buen representante de DH (la bicicleta no es lo q importa, lo q importa es el corazón... (Lance A.)). Ellos también se fueron muy felices, ambos son del anexo de Andamarca, un pueblito a buena distancia de donde estábamos (también son unos viajeros). Finalmente así como llegamos apurados nos vamos, queriendo quedarnos en el hermoso pueblo de Allancay con las personas que nos robaron el corazón, es difícil despedirse cuando quieres quedarte, y de tantos abrazos me voy con el corazón rebosando, nos esperan más de dos horas de viaje hasta Cotahuasi, nuestro viaje a Arequipa está programado a las 6 pm y peligra el que lleguemos a tiempo al terminal. Bajar en bicicleta es muy rápido, pero subir en carro no es tan sencillo, las curvas juegan su papel lo mismo que el abismo, hay que andar con cuidado aquí. En el camino suben a nuestro carro señores que caminan hacia sus pueblos, resulta que estuvieron en nuestro recibimiento y ya estaban de regreso por casi dos horas (impresiona la fortaleza de las personas). Llegamos directamente al terminal, un grupo se dispara al alojamiento donde dejaron algunas cosas adicionales y las cajas de las bicicletas, yo intento cambiar mi pasaje para el día siguiente, lamentablemente no se pudo, no quiero irme, este viaje me lleno de felicidad, en el camino de retorno en el bus conversamos sobre eso, casi todos subimos como estábamos sucios y negros por el polvo y el sol, pero muy felices, nos tuvimos que cambiar mientras viajábamos, ya el acomodar las bicis fue una tarea complicada, el retorno se hizo mucho más corto, la mayoría dormimos por fin por el cansancio.
Llegados a Arequipa, aun no puedo creer todo lo que vivimos, por fin después de meses regrese al ciclismo. La aventura, los lugares maravillosos que conocimos, las personas con las que compartimos, me siento tan agradecido, hoy martes que culmino el relato aún se acelera mi corazón recordando. La vida está hecha de estos instantes felices. Cotahuasi eres una bella marca en mi existencia. Quien lea esto, si vas a Cotahuasi y llegas a Velinga Charcana o Allancay, seguramente entenderás la dicha que siento aun ahora.
PD, mi agradecimiento inmenso a las personas que hicieron posible esta hermosa experiencia, los amigos del SERNAMP, el Señor Motta del grupo GEA, las autoridades de Quechualla, la señorita enfermera de Velinga y todas las personas que conocimos en Velinga, Charcana y el hermoso Allancay
Amanecemos muy temprano como lo habíamos previsto, las luces el día anterior se apagaron temprano. Hay un programa recargado hoy, con el adicional de tener que pedalear de subida a Sipia. Yo estaba despierto desde la 1 de la madrugada pero termine levantándome a las 4, aliste mis cosas como todos, a las 5 am estaba servido el desayuno, una bebida de kiwicha con leche deliciosa que la mayoría repitió. De inmediato a cargar nuestras mochilas, en mi caso muy cargado porque subí a Velinga con todas mis cosas y aumente algunas compras hechas el día anterior, nos despedimos de este hermoso pueblito tan acogedor y de don Ignacio y su familia que nos trataron como parte de ella.
Todo lo que sube baja, y para llegar a Velinga se tiene que caminar una ladera súper empinada, yo particularmente sufro más en las bajadas, los golpes en las rodillas son terribles, por otro lado el paisaje apenas alumbrado por los primeros rayos solares hacen demasiado agradable el ambiente, no todos los días se camina por el cañón más profundo del mundo, el paisaje desde lo alto más allá de las callecitas de piedra y adobe es espectacular.
Cerca a las 6 estamos en la casa del gobernador de Velinga donde guardamos nuestras bicicletas el día anterior, de inmediato las alistamos, subimos el exceso de equipaje a una de las camionetas de apoyo que nos brindó el SERNAMP, nuestros anfitriones preocupados como siempre por nuestro bienestar nos proveen de agua y después de contar que todos estemos listos partimos. Nos toca afrontar una dura subida, una motocicleta nos abre paso en ella van nuestros amigos del SERNAMP, como dije antes ocupándose hasta en el último detalle por nuestro bienestar.
Subimos a buen ritmo, yo voy detrás de Yerald, algunos obligados por la gran pendiente se ven obligados a caminar, pero a mi esta es la parte que me gusta, y calmado voy afrontando cada cuesta hasta llegar al bosque de cactus donde hacemos el primer reagrupamiento, hoy todos amanecieron con mucha fuerza, rafita y Berenice son los últimos en llegar pero apenas un poco retrasados.
Todo lugar a donde mires se presta para una fotografía genial, y en medio de ese bosque de cactus uno se siente pequeño. Seguimos subiendo, el carro que nos llevará a Charcana solo nos esperará de 9 a 10 y como no podemos calcular la distancia ni cuanto demoraremos tenemos que apurar el paso para no ser absorbidos por la hora. Después de otra larga subida llegamos al punto más alto de esta pequeña ruta de Velinga a Sipia, ya están Yerald y Potter, pero hay quienes están retrasados, así que nuestro amigo de la moto que no recuerdo su nombre decide ayudar y va trayendo de uno en uno (semejante trabajo) a don Lucho, Donaty, y Rafael que llego renegando porque él quería pedalear, Y en la camioneta Berenice, todos esos minutos que ganamos los agradeceríamos de sobremanera más tarde. Desde este punto casi todo es bajada, así que todos toman sus bicicletas y nos reunimos en Sipia, sorpresa le hemos ganado al transporte son 8:20 así que decidimos seguir avanzando, al final interceptamos nuestro transporte en el puente de Sipia, en total cerca de 18 km con mucha subida. En el puente de Sipia nos encontramos con el señor Motta del grupo GEA y el resto del equipo organizador, ya con dos camionetas y la combi que nos llevaría a Charcana, Dante y Potter (subcoordinadores de la ruta) se dan el trabajaso como lo hicieron durante todo el viaje de sujetar las bicicletas sobre la combi, nos dan unos platanitos para recuperar y de inmediato hacia Charcana, aliviados porque estamos aun con el tiempo a nuestro favor. Yo me subo a una de las camionetas del SERNAMP, el resto del grupo en la combi, el camino es espectacular, dos horas de viaje para llegar a Charcana, mucho polvo, por el cansancio yo me quedo dormido. De repente siento el frio, hemos subido de 2145msnm a 3400 de la plaza de Charcana, algo que me llamó la atención fue un partido de futbol a la entrada del pueblo, con dos equipos perfectamente equipados, en medio del monte, y las personas que llegaban a espectar o continuar con el campeonato montando a caballo con chimpunes y sus ataditos con llicllas en su espalda.
En Charcana nos encontramos con el comisario y las personas de la plaza, un grupo de señoras que nos hablan de su Apu Ccaisampo (según el comisario cuida a las mujeres, según Rafael las cuida de la policía jajaja), además de un gracioso pequeño que saluda a todos como tío, y que no paraba de preguntar cosas. Después de descargar las bicicletas (nuevamente Dante y Potter) avituallarnos y tomar algo de vino invitado por nuestros anfitriones, unas fotos rápidas en la plaza y partimos previo disparo del señor comisario para dar la partida (curiosa forma de arrancar, todos nos tapamos los oídos, y nadie arrancó).
Partimos hacia Allancay, esta vez nos acompañan dos muchachos del lugar con bicicletas rígidas algo destartaladas, gracias a ellos lo que era ciclo turismo se convierte en una competencia. Bajamos rápido hasta el cruce de la carretera principal con la bajada de Allancay, la gente en las calles de Charcana y la salida del pueblo nos aplaude y alienta, reagrupamiento en el cruce, el amigo de la moto del SERNAMP nos advierte de lo peligroso de la pendiente, las curvas cerradas, y el terreno arenoso. Yerald adelanta junto con la moto, una para hacer fotos y Yerald para investigar un corte que se veía espectacular desde la cima de la carretera, que al final varios hicieron.
La bajada es espectacular como lo prometía, todos en tropel bajamos disfrutando de la adrenalina y del paisaje inigualable que nos rodea. El tiempo que habían previsto para la bajada nuestros amigos organizadores quedo holgado, todos hicieron la bajada muy rápido, incluso Berenice que sentía algo de temor a la altura (tuvo dos caídas nada graves, otros igual). Nos reagrupamos a la entrada del pueblo. Ahí escuchamos a cada uno emocionado el relato de la bajada, y o sorpresa, los muchachos locales que convirtieron en una competencia esta bajada llegaron segundo y tercero solo superados por Dante (felizmente vino para defender el honor del TEAM jajaja).
Ingresamos a Allancay en conjunto detrás de la moto, creo todos estarán de acuerdo conmigo, fue el mejor recibimiento que hemos vivido. A poco de ingresar al pueblo la campana sonaba anunciando nuestra llegada, las callecitas angostas adornadas para la ocasión, y la gente apostada a los lados aplaudiéndonos y recibiéndonos con alegría hasta llegar a la placita donde hicieron un arco lleno de frutas señalando la llegada, el arco adornado y danzando el balletero (esta danza necesita un relato aparte). Lo primero, nos llenan de abrazos y felicitaciones y reclaman ver al que ha llegado primero, “el ganador”, Dante sale y le regalan un ramo de flores muy bonito, y lo declaran como el campeón, todas la personas quieren tomarse una foto con él, sobre todo las chicas que quieren saber si es el primero en todo y le declaran su amor; Dante prefiere tomarse la foto con los señores de la danza, curiosa elección jajaja, el buen Dante no cabía en su cuerpo de felicidad, igual todo el grupo. Rápidamente se hace una ceremonia de recibimiento además de tratar de conocer el lugar, su iglesia muy modesta pero que también llama la atención, las construcciones algo olvidadas pero igual imposible pasarlas desapercibidas; las atenciones que tuvieron con nosotros son inigualables, nos sirvieron vino muy rico, chicha de todos los colores, chimbango. Nos invitan frutos secos y frescos.
El paisaje, el ambiente, todo es tan extraordinario, rodeado de inmensas montañas que te hacen sentir tan insignificante y a la vez tan afortunado, Dante se va a dar un vuelta por el pueblo, después me contaría que apenas a una cuadra se veía todo el cañón desde arriba, y las tres caídas de la catarata de Sipia, imagen que no puedes ver desde otro lugar. Aprovechamos un pequeño break mientras preparan un pasacalle y la comida para acomodar las bicicletas en el transporte. Cuando regresamos nos presentan danzas muy bonitas, demostraciones de hilado y tejido. Un discurso emocionado del Señor Motta que me hace apreciar el momento importante que estamos viviendo, Allancay y toda la Reserva del Cotahuasi está descubriendo nuevamente la importancia de su cultura su diversidad y su riqueza en todos los sentidos, esa riqueza espiritual que compartieron con nosotros abriéndonos sus corazones, el conocer a personas tan transparentes me hace demasiado feliz.
Nos sirven un delicioso plato de trigo con asado y unos bollitos deliciosos que con miel serian aún más geniales, todo esto acompañado de danzas y alegría, nuevamente se lucen los balleteros con sus bastones de troncos tallados representando a unos ancianos que le cantan a una dama para conquistarla, la misma dama que según la historia los atiende pues son viajeros lejanos como nosotros, y le juegan bromas, además los acompañan sus burritos y mulas que hacen sonar una campana amarrada en el cuello.
Después de otra pequeña ceremonia, nosotros los ciclistas hicimos una pequeña colecta de obsequios los cuales entregamos a los muchachos locales que nos acompañaron en la ruta, los cuales con mucha menos tecnología hicieron una bajada digna de un buen representante de DH (la bicicleta no es lo q importa, lo q importa es el corazón... (Lance A.)). Ellos también se fueron muy felices, ambos son del anexo de Andamarca, un pueblito a buena distancia de donde estábamos (también son unos viajeros). Finalmente así como llegamos apurados nos vamos, queriendo quedarnos en el hermoso pueblo de Allancay con las personas que nos robaron el corazón, es difícil despedirse cuando quieres quedarte, y de tantos abrazos me voy con el corazón rebosando, nos esperan más de dos horas de viaje hasta Cotahuasi, nuestro viaje a Arequipa está programado a las 6 pm y peligra el que lleguemos a tiempo al terminal. Bajar en bicicleta es muy rápido, pero subir en carro no es tan sencillo, las curvas juegan su papel lo mismo que el abismo, hay que andar con cuidado aquí. En el camino suben a nuestro carro señores que caminan hacia sus pueblos, resulta que estuvieron en nuestro recibimiento y ya estaban de regreso por casi dos horas (impresiona la fortaleza de las personas). Llegamos directamente al terminal, un grupo se dispara al alojamiento donde dejaron algunas cosas adicionales y las cajas de las bicicletas, yo intento cambiar mi pasaje para el día siguiente, lamentablemente no se pudo, no quiero irme, este viaje me lleno de felicidad, en el camino de retorno en el bus conversamos sobre eso, casi todos subimos como estábamos sucios y negros por el polvo y el sol, pero muy felices, nos tuvimos que cambiar mientras viajábamos, ya el acomodar las bicis fue una tarea complicada, el retorno se hizo mucho más corto, la mayoría dormimos por fin por el cansancio.
Llegados a Arequipa, aun no puedo creer todo lo que vivimos, por fin después de meses regrese al ciclismo. La aventura, los lugares maravillosos que conocimos, las personas con las que compartimos, me siento tan agradecido, hoy martes que culmino el relato aún se acelera mi corazón recordando. La vida está hecha de estos instantes felices. Cotahuasi eres una bella marca en mi existencia. Quien lea esto, si vas a Cotahuasi y llegas a Velinga Charcana o Allancay, seguramente entenderás la dicha que siento aun ahora.
PD, mi agradecimiento inmenso a las personas que hicieron posible esta hermosa experiencia, los amigos del SERNAMP, el Señor Motta del grupo GEA, las autoridades de Quechualla, la señorita enfermera de Velinga y todas las personas que conocimos en Velinga, Charcana y el hermoso Allancay