LLamamos chullpas a aquellos restos arqueólogicos donde nuestros antepasados enterraban a sus muertos. Nuestro compañero Miguel Zapata, a quien todos llamamos La Pálida, ofrció llevarnos por una ruta nueva en la que tendríamos la oportunidad de ver estos restos arquelógicos.
Nuestro espíritu aventurero no lo negó y salimos listos para la aventura.....
En primer lugar, no era plural, apenas un singular porque sólo había una...
En segundo lugar, era un horno fabricado por los lugareños de Quequeña para cocinar ladrillos, es más, la parte interna del horno estaba hecho de ladrillos, y alquien comentó que estaban unidos con cemento puzolánico... jajaja... arqueológico...? Fuimos engañados.....
No obstante, y después de las burlas y tomaduras de pelo a nuestro amigo, decidimos seguir por la trocha para averigurar hasta dónde continuaba y qué podríamos encontrar al final.
No conducía a ninguna parte, todavía, pues parece ser que es el proyecto de una carretera que en un futuro unirá Quequeña con Polobaya, vaya uno a saber si seguiremos vivos cuando ese proyecto se haga realidad...
FOTOS DE NIELS VASQUEZ
En Quequeña, Rafael y su hijo Fabrizio
La famosa... chullpa?
Sigamos... veamos hasta dónde conduce ese camino....
Ese sendero lleva a Sogay....
COMENTARIO DE VLADIMIR CUNO
Aunque todos ya lo sabían, lo recontrasabían, pero ese 1% de duda a favor, y el deseo de conocer chullpas en Quequeña nos hizo confiar una vez más en la Pálida, después de un recorrido exigente en verdad, y tras llegar al pueblo tomamos una trocha guiados por el hobbit, asi llegamos a la famosa chullpa, curiosamente bien conservada, bien hecha con unas "piedras" tan extrañamente relucientes que parecían sintéticas y tras un análisis más de cerca comprendimos que era una construcción actual tal vez de hace unos treinta años? al re-emprender la marcha con el consuelo de que era un chullpa de por lo menos el "siglo" pasado, alguien encontró en el sitio "arqueológico" una etiqueta de SODIMAC, no quisimos voltear a ver...
La Pálida nos hizo continuar por la trocha asegurándonos un retorno "único" por Sogay y ya casi cuando bordeando el cerro estuvimos al frente del molino... se terminó la trocha, alcancé a escuchar bajito que la Pálida exclamó bajito "c...s...m... ". El grupo se amargó, empezaron los insultos, todos le reclamaban al hobbit y ya cuando algunos empezaban a buscar un altar para ahi mismo sacrificar a la Pálida a los Apus, alguien distrajo a todos... era Gerald, quien en un afán por llegar al destino bajo la hondonada que nos separaba de Sogay, empezó a bajar a pie la ladera de la montaña donde estábamos, así que nos pusimos a observar cómo el muchacho sorteaba obstáculos y trataba de encontrar un camino y cruzar el estrecho cañón, nadie se dio cuenta en qué momento la Pálida se hizo humo, mientras muy abajo Gerald buscaba un paso por el rio, los demás empezaron a aburrirse, soltaron las piedras con las que pensaban lapidar a la Pálida y empezaron a regresar, al final fuimos pocos los que nos quedamos para ver el desenlace de la aventura, Vitale, Juan Carlos, Andrea, Rafael, Mauricio, Felix, etc. Antes de irme yo también, alcancé a ver al niño Mauricio quien con el rostro inmutable, miraba fijamente al fondo de la hondonada, habia un brillo extraño en sus ojos...
FOTOS DE WALTER PONCE DEL CASTILLO
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